"These days there’s so much paper to fill, or digital paper to fill, that whoever writes the first few things gets cut and pasted. Whoever gets their opinion in first has all that power". Thom Yorke

"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra

"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet

"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki


domingo, 13 de junio de 2021

Reseña: "La cucaracha" de Ian McEwan

 Anagrama, 2020. 128 pp.


¿Y si la falta de humanidad mostrada por gran parte de la clase política actual se debiera a que en realidad son cucarachas? Cucarachas que de un día para otro despertaron convertidas en la especie más peligrosa y dañina de este planeta: seres humanos. Ian McEwan (Reino Unido, 1948), uno de los más destacados novelistas en lengua inglesa muestra en “La cucaracha” su historia más divertida y ácida, denostando página a página a la élite gubernamental más ominosa de Occidente.

Jim Sams, un ser inteligente pero de ningún modo profundo, se  nota convertido, de la noche a la mañana,  en el primer ministro del Reino Unido. La huida de la noche anterior por las calles londinenses culmina con este inexplicable acontecimiento. Sin tiempo para cuestionar esta peculiar resaca, que incluye nuevo cuerpo y funciones vitales, tiene que adaptarse rápido por las mil actividades pendientes que tiene que atender como líder de la otrora todopoderosa potencia mundial. El reversionismo, una teoría socioeconómica risible, está ganando cada vez más adeptos a pesar del grado de ridiculez de sus propuestas y dependerá de Sams que se concrete su aplicación y propagación por el resto del mundo, así que mucho tiempo para explorar su nueva condición de homo sapiens sapiens no tiene, forzado a decidir rápido la estrategia que va a tomar mientras se topa en el camino con  un rival político entre sus filas, un accidente diplomático con Francia y la sorpresiva garantía de tener como aliados a más de su especie devenidos en ministros o presidentes.

“Las cosas se estaban encarrillando bien. En tiempos difíciles como aquellos, el país necesitaba un enemigo encarnizado. Los periódicos patriotas elogiaron al primer ministro por enfrentarse con determinación a los franceses y hablar claro en nombre de “nuestros muchachos caídos”” (pág. 74)

Su historial lidiando con alcantarillas y suciedad lo ayuda en esta nueva etapa al punto  de convencer a la sociedad inglesa con menos reparos de los que imaginaba. Haber vivido tanto tiempo entre la oscuridad lo ha preparado para sobrevivir a tantas amenazas, por lo que la política, más allá de las dificultades iniciales, no le supone un grado mayor de dificultad, cuando descubre la mayor arma en tiempos de redes sociales y sobreinformación: la mentira mediante la fabricación de noticias. ¿Qué es la dignidad de un enemigo frente a la posibilidad de reconstruir un imperio?

La propuesta de subvertir la premisa de la más conocida obra de Kafka puede leerse como un gesto que supera lo lúdico al plantear que lo más vil de nosotros, a cien años después de la pesadilla del checo, se ha normalizado, camuflado entre el libertinaje de expresión y los chauvinismos exacerbados en tiempos de crisis. A quienes más propugnan mensajes de odio y polarización los convertimos en gobernantes, líderes encumbrados bajo la promesa de defender los valores de antaño , a modo de refugio frente a la percepción del prójimo como potencial enemigo y amenaza, en un camino que sólo puede culminar en el más absoluto delirio. McEwan captó todo ello y en vez de insistir con un ensayo furioso sobre los problemas contemporáneos como los que publican mucho de sus colegas (llenos de lugares comunes la mayoría), optó por escribir algo más liviano pero más plausible: una sátira para nuestros días.


(Texto publicado en la web de "El hablador")

jueves, 3 de junio de 2021

[Entrevista] Farid Kahhat: “Los beneficios de la apertura económica han sido mayores en la costa que en el resto del país”

Desde que se publicó hace unos meses, justo cuando comenzaba el fragor de la primera vuelta electoral y en el pico de la segunda ola de la pandemia de la Covid 19, “Pandemias, dragones y muertos vivientes” (Planeta, 2021) de Farid Kahhat y Gabriela Camacho se ha vuelto un faro de análisis político para distintos fenómenos que concentran la atención social, desde la gestión política de una crisis de proporciones apocalípticas hasta los líos en los que se involucran los seleccionados de un país, destinados en el imaginario a unirlos. Por ello, entrevistamos a ambos autores, presentando aquí la primera entrega con Farid Kahhat.

1.- ¿En qué medida hacemos nuestra propia historia con base en nuestro libre arbitrio, por oposición a la medida en la que la hacemos influidos por las circunstancias legadas por el pasado?” es una de las preguntas con las que inicia el libro, y la cual calza perfecta con el contexto electoral actual, lleno de miedos generados por fantasmas del pasado, muchas veces imaginarios, incluso. ¿Que las campañas se hayan enfocado en ello y no en una visión a futuro habla de un miedo a lo que vendrá? ¿Es una sensación de conformidad derivada de este miedo lo que hace inviable una mirada mucho más optimista?

Creo que la respuesta a ambas preguntas es “sí”. Que, por ejemplo, haya gente que, siendo consciente de todos los crímenes del fujimorismo, crea que votar por su candidata es la única opción posible sugiere que los motiva un miedo raigal frente a lo que consideran una amenaza comunista. Y aunque creo que hay razones válidas para temer la candidatura de Castillo, esa no es una de ellas: se trata de un equívoco que se repite hace casi un siglo, desde el APRA a partir de los años 30 hasta Sagasti en 2021, pasando por Belaúnde en los años 60, parte de nuestras élites ha vivido atemorizada por fantasmas de su propia creación, a los que asocian en forma invariable con el comunismo (aunque no haya mayor fundamento para ello).  

2.- Se afirma que el fútbol puede ser visto como una forma de religiosidad secular, capaz de proveer cohesión social y dotar de una identidad social, y no recuerdo unos años en los que esto haya sido tan evidente como cuando clasificamos al Mundial o quedamos segundos en la Copa América, con una sensación de fraternidad que ni la conmemoración del Bicentenario ha generado.  Pero también es un espejo de nuestras taras, como cuando tenemos que organizarnos a nivel de clubes y participar en copas internacionales con resultados paupérrimos. ¿Cuál es tu lectura de que a pesar de haber tenido logros destacables, no se haya avanzado nada a nivel de gestión más allá que sea un lugar común pedirlo? ¿Por qué los gobiernos peruanos no han sido capaces de generar una política nacional realmente efectiva de fomento del deporte con el capital político que esto podría haberles generado?

El caso del fútbol profesional no es como el de cualquier otro deporte, dado que en él la máxima autoridad no es el gobierno peruano sino una entidad internacional: la FIFA. Cuando el gobierno peruano cuestionó el mandato del entonces presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Manuel Burga, la FIFA sugirió la posibilidad de suspender la participación de la selección peruana de las competiciones internacionales que organiza, lo cual bastó para que el gobierno retrocediera. A su vez, la FPF reproduce a nivel local las taras de la propia FIFA (las cuales conocimos a través de sus problemas legales).

En cuanto a los equipos de fútbol profesional, se decía que, en lugar de clubes sociales, debían ser empresas privadas para ser más eficientes. Pero descubrimos que, si se trata de empresas en las que un individuo es el propietario indiscutido del equipo en lugar de, por ejemplo, tratarse de una entidad que cotiza en bolsa (y que, por ende, debe presentar reportes sobre su desempeño a sus accionistas), la privatización no hace necesariamente una gran diferencia.  

3.- Al mencionar las ideas de Cappa y Niembro sobre el fútbol peruano como algo que funciona a nivel micro pero no macro, me es inevitable extrapolarlo a otras esferas, como nuestra sostenibilidad económica, tan endeble frente a cualquier choque externo, debido entre otros factores a que las élites económicas se contentan con los recursos que proveen las actividades extractivas sin alentar el desarrollo de las otras fases industriales que podrían generar mucho mayor valor agregado. ¿Por qué ese visión tan ajustada al corto plazo y al beneficio inmediato pero no duradero?

Aunque esta respuesta no agota el tema, creo que parte del problema deriva de los incentivos institucionales que enfrentan los actores involucrados. Por ejemplo, los estudios sobre la materia sugieren que los partidos políticos tienen mayores incentivos para hacer una buena gestión de gobierno cuando tienen perspectivas razonables de perdurar en el tiempo, y cuando temen un castigo electoral en caso de realizar una mala gestión. Pero el Perú debe ser el único país en el mundo en el que, en cuatro elecciones consecutivas, el partido en el gobierno ni siquiera presenta candidato en la siguiente elección presidencial.

Un tema más específico del Perú podría tener que ver con los incentivos que, en ocasiones, ofrecen ciertas actividades económicas, como las extractivas. De un lado, explotan un recurso finito, no uno renovable. De otro, en ocasiones su rentabilidad depende menos de la inversión o de la productividad de la empresa que de un factor fuera de su control, como el precio internacional del recurso que explotan. Esas características no necesariamente inducen a pensar en la sostenibilidad a largo plazo del negocio: eso dependerá del entorno institucional en el que se desenvuelven.

4.- Mencionas en el libro la problemática del dengue que tuvo unos picos de propagación casi al mismo tiempo que iniciaba la actual pandemia y en la que se corrobora que un problema sanitario no es “urgente” en los medios o la conversación pública hasta que llega a la capital y las principales zonas urbanas, símbolo de la falta de políticas efectivas de descentralización sanitaria. Más allá de lo que depare los resultados de estas elecciones, ¿piensas que los problemas regionales empiecen a deparar, ahora sí, una mayor atención por parte del Gobierno Central? Y de no ser así, ¿qué más choques se requieren para que esto se dé?

El drama peruano en la materia es que, cuando finalmente se propició un proceso de descentralización, este terminó siendo un proyecto en lo esencial fallido. Pero incluso en el mejor escenario, sigue siendo cierto que los beneficios de la apertura económica hacia el exterior han sido mayores en la costa (que ya antes tenía una mejor situación económica), que en el resto del país. Un autor confeccionó un mapa al respecto, y queda claro el patrón: en las presidenciales de 2006, 2011 y 2021, las zonas que recibían menores beneficios de la apertura económica votan por Humala en dos ocasiones, y hoy lo harían por Castillo. Las que obtuvieron mayores beneficios, comenzando por Lima, votaron por García y luego en dos ocasiones por Fujimori. En ese sentido, cobrar más impuestos a quienes más tienen para brindar mejores servicios públicos a quienes menos tienen favorecería no sólo a estos últimos, sino al interior del país secularmente postergado. Creo que el mediocre desempeño económico del último lustro, unido a las devastadoras consecuencias de la pandemia hacen algo así más probable, pero no inevitable.  

5.- Mencionas el caso de los bancos del Primer Mundo rescatados durante la crisis del 2008 y pienso que es un caso comparable a lo ocurrido con Reactiva, donde muchas empresas privadas recibieron ayuda económica por parte del Estado y siguieron con prácticas que atentaban no sólo contra sus propios trabajadores, sino contra los consumidores. El caso sueco es interesante porque se rescató a las entidades mas no a sus propietarios y ejecutivos. ¿Qué podría establecerse en el Perú donde esa figura podrían asumirla los sindicatos, cuya importancia ha sido erosionada en las últimas décadas?

No me opongo a programas como Reactiva en tiempos de recesión, y menos aun cuando esta es en parte consecuencia de las políticas públicas adoptadas para afrontar la pandemia (como las cuarentenas). El punto es que, para asegurar que los beneficios de programas como ese lleguen al mayor número posible, el acceso a ellos debería tener ciertas condiciones (tal como ocurrió en otros países). Por ejemplo, en algunos casos en que se subsidió a empresas, el subsidio fue directamente a pagar parte del salario de los trabajadores: si la empresa despedía trabajadores, perdía el subsidio. En países como Dinamarca, no podían acceder a los programas públicos de estímulo económico empresas que tuvieran su matriz fuera del país (habitualmente para eludir el pago de impuestos), y así, sucesivamente. En el Perú, por ejemplo, tuvimos conglomerados de clínicas que, mientras accedían a los créditos subsidiados del programa Reactiva, cobraban 150 soles por un omeprazol (que podía conseguirse por 1 sol), o pedían un depósito de 150,000 soles como garantía para acceder a una cama UCI.

6.- Al tratar el tema de la probabilidad de ocurrencias de eventos, se denota que la irrupción de esta pandemia fue un “cisne blanco” más que uno “negro”, ¿lo mismo podría aplicarse para el caso de estos resultados electorales de la primera vuelta?

Tiendo a pensar que sí, en el siguiente sentido. Desde 1990 (con Fujimori), hasta la última elección para la alcaldía de Lima (con Muñoz), hemos visto un repetirse con cierta frecuencia la siguiente experiencia: una proporción significativa de electores, inconforme con quienes ocupan los primeros lugares en las encuestas, espera hasta la etapa final de la campaña antes de decidir su voto. Y, en ese tramo final, se decanta en su gran mayoría por una candidatura relativamente rezagada hasta ese momento en la competencia: tras cinco años en los que los niveles de pobreza se habían estancado sucedidos por un aumento dramático de la misma producto de la pandemia, era previsible que podíamos esperar una reedición de ese fenómeno y que una candidatura crítica del orden establecido podía ser la beneficiaria. No digo que fuera un desenlace necesario, pero sí uno probable.   

 

7.- Mencionas el caso de las mujeres liderando los gobiernos en los países que mejor afrontaron la problemática de la Pandemia, y en el Perú se habló de ello al ver cómo habían cambiado las jerarquías en los tres poderes del Estado en los últimos meses.  ¿Pero qué ocurren en los mandos medios y más operativos?

En el libro cito estudios que sugieren que, producto de una socialización diferente, las mujeres en puestos de liderazgo son más proclives a trabajar en equipo y menos proclives a tomar grandes riesgos, y que ambas características resultaron beneficiosas para enfrentar la pandemia. Pero antes digo que, según esos mismos estudios, para que las mujeres en posiciones de liderazgo lo ejerzan de manera diferente a los hombres, parecía ser una condición necesaria que hubiese una masa crítica de mujeres en puesto de liderazgo, a todo nivel. Es decir, no sólo que hubiera mujeres en los cargos más altos, sino además que su entorno general incluyese una proporción considerable de mujeres ,cosa que no suele ocurrir, por ejemplo, con las ejecutivas que ocupan los cargos más altos en grandes corporaciones.

 

8.- Resulta curioso cómo los republicanos analizaron las preferencias televisivas  de los estadounidense (los zombis de The Walking Dead) para la campaña de Trump en el 2016. Si tuvieras que analizar la evolución de los contenidos televisivos más consumidos por los peruanos hoy en día, ¿qué crees que podrían aprovechar los candidatos políticos si tuvieras que idear una campaña de marketing a partir de los valores más importantes para los peruanos?

 Los republicanos identificaron sólo a un segmento de los cultores de The Walking Dead como votantes potenciales, y creo que ese es el mensaje fundamental: hace medio siglo no existían internet, redes sociales, televisión por cable, etc. Por esa razón, uno podía esperar que, por ejemplo, un sábado en la noche personas de toda condición vieran en gran parte del país un programa como “Risas y Salsa” (el de mayor audiencia por años en el Perú). Hoy en día hay menos referentes comunes, razón por la que las campañas de marketing (político o no), deben afinarse para apelar a nichos específicos.

Aunque añadiría que, la candidatura de Castillo implica una representación simbólica que apela a identidades que trascienden nichos específicos. Por ejemplo, regionales (sierra sur y central, sobre todo rural), estratos socio-económicos (población en situación de pobreza y extrema pobreza), en incluso étnicas (me sorprende, por ejemplo, la escasa alusión a este último tema durante la presentación de su equipo técnico, mientras en el equipo técnico de Fujimori el único que no parecía provenir de las élites tradicionales era Rómulo Mucho). No es que Fujimori no tenga capacidad de apelar a grupos más amplios que los denominados “nichos de mercado”, pero no en la misma proporción (por eso ella necesitaría en mayor medida complementar esa base apelando a nichos electorales específicos). Todo esto, por cierto, es mera especulación, dado que no soy especialista en el tema.     

 

9.- ¿Qué tendría que hacer el próximo presidente en el corto plazo para construir una legitimidad que le permita afrontar los futuros cinco años sin que lo vaquen?

 Creo que el riesgo de vacancia sería menor con Fujimori. De un lado, el denominado “modelo económico” tiene una serie de problemas, pero entre sus virtudes está la capacidad de generar crecimiento y, además, gane quien gane, hacia fin de año podría tener condiciones favorables para ello (porque la mayor parte de la población adulta ya estaría vacunada y porque los precios de algunos de nuestros principales productos de exportación, como el cobre, han crecido en tiempos recientes). En segundo lugar, Fujimori tiene mayor probabilidad de tener una mayoría parlamentaria y, de otro lado, tendría menor oposición por parte de los poderes fácticos (prensa, gremios empresariales, fuerzas armadas, etc.).

 Por ello la pregunta tiene más sentido en la eventualidad de un triunfo de Castillo. Diría que cumplir sus promesas redistributivas sería un paso que ayudaría a sostener su legitimidad social. Pero, incluso en el mejor escenario, un gobierno que pretende cambiar el statu quo (incluyendo un cambio de constitución), suscitará incertidumbre y, por ello, una retracción de la inversión privada hasta que los inversionistas sepan a qué atenerse. Mientras más demoren en definirse las nuevas reglas del juego, mayor es el riesgo de que esa retracción de inversiones perdure y termine por afectar de modo perdurable el desempeño económico. Por ende, creo que Castillo tendría que resolver ciertos asuntos (como la renegociación de contratos con empresas en industrias extractivas), lo más pronto posible y de manera que permita obtener ingresos adicionales para el Estado sin ahuyentar la inversión privada. Creo que eso es posible por dos razones. De un lado, por los costos hundidos que implican las actividades extractivas (es decir, costos que ya se asumieron y que sólo podrían recuperarse en un período prolongado de tiempo), y, de otro, por la posibilidad de que estemos ad portas de otro ciclo de precios favorables para nuestras exportaciones primarias (aunque siempre es difícil prever cuanto podría durar). Repito que, aunque creo que ese escenario es posible, no me atrevería a afirmar que sea el más probable.



10.- ¿Cómo percibe la instrumentalización de la selección y la camiseta para apoyar la campaña de una de las candidatas a la presidencia en las elecciones más polarizadas que se recuerde? ¿podría menoscabar la imagen de unidad del fútbol en el mediano plazo?

Creo que la mayoría es consciente de que no fueron revelaciones espontáneas por parte de los jugadores, sino parte de una campaña orquestada. Y, además, creo que la mayoría pensó poco en las consecuencias de sus actos, porque no esperaban que hubiera alguna: virtualmente todo personaje que tuviera alguna figuración o influencia pública optó por la misma candidatura y, por lo dicho respecto a los poderes fácticos, optar por ella no atraería la animadversión de grupos de interés poderosos. Creo que el único error de cálculo podría ser el de Advíncula, que no pareció tomar en consideración el hecho de que la barra de su equipo (el Rayo Vallecano), tiene una vieja filiación de izquierda.

Ahora bien, más allá del fútbol, el que casi todos aquellos que, ejerciendo algún grado de influencia en la sociedad peruana, hayan tomado partido por Fujimori, podría terminar teniendo un efecto adverso para su candidatura. Su rival podría, por ejemplo, usar ese hecho para alegar que se trata del bando de los poderosos, no del de las mayorías. Y, en cuanto a los futbolistas, lo más interesante no son las presencias, sino las ausencias: Paolo Guerrero y Renato Tapia son probablemente los futbolistas peruanos más exitosos de sus respectivas generaciones (Guerrero, por ejemplo, es el único futbolista peruano que ganó un mundial de clubes, y Tapia es hoy el jugador peruano mejor cotizado). Guerrero es, además, ídolo y caudillo indiscutible de la selección peruana. Tal vez eso lo haya inducido a pensar que ponía en riesgo su capacidad de representar un símbolo de unidad entre los peruanos si tomaba partido en la elección más polarizada del presente siglo.