Desde hace meses, luego del problema de Egipto, el mundo
volteó su mirada un poco más allá, a un país también perteneciente al Magreb
(países del norte de África): Libia, bajo el poder de un dictador maquiavélico
como lo es Muammar al-Gaddafi, enquistado en el poder desde hace 42 años
en una de las dictaduras más longevas en la actualidad.
Como sabemos, el mundo árabe está en un proceso de cambios
drásticos, (la llamada PRIMAVERA ARABE) en su forma de percibir a sus
gobernantes, desde los hechos acontecidos en Túnez en que un manifestante,
cansado de los abusos del Gobierno, decidió inmolarse públicamente, lo que
generó una reacción en cadena en todo su país que concluyo con la destitución
del presidente. Este efecto “dominó” se extendió a otros países árabes como
Yemen, Bahréin, Jordania, pero sobretodo Egipto, donde el mundo siguió con
atención los acontecimientos en esta milenaria nación por dos semanas que terminaron
con la victoria de la causa del pueblo egipcio.
A diferencia de estos países, en Libia ocurrió lo mismo pero
con una agravante: La brutal represión por parte del gobierno. Si bien hubo heridos
y muertos en los otros países, el gobierno se vio acorralado por el clamor
popular y el ejército se negó a atacar a civiles en muchos de los casos, pero
en Libia se estuvo usando la violencia con armas para callar las voces de
protesta. El mundo no entiende lo grave que es que los gobernantes ataquen a su
propio pueblo que dicen defender por el afán de poder y de controlar a los
demás, en lo que podría en una triste y desgraciada guerra civil ¿Es que no
entendemos que son nuestros hermanos, por el solo hecho ser humanos y que están
siendo víctimas de un abuso injusto y despótico? ¿No sentamos a seguir viendo
como se matan unos a otros, como sucedió en Irak y Afganistán?
El revuelo causado inicialmente se fue apaciguando
lentamente hasta ser tan monótona esta situación que lo más resaltante ha sido
descubrir un secreto a voces que era el lujo y la pompa en la que vivía el
tirano de Gadafi mientras sus compatriotas siguen ensimismados en su ambiente
tercermndista. Ahora empieza el proceso de reconstrucción y la pregunta es:
¿Quien será capaz de enfrentarse a los fundamentalistas que quieran tomar el
poder?¿ O recien reaccionaran cuando las fichas del negocio del crudo sean
movidas en contra de los intereses de Occidente?
Recordemos que Libia posee el 2 % de las reservas
mundiales
de petróleo) es decir, no era tampoco una simple "isla bananera",
nosotros debemos ver esto, como un ejemplo que nunca debemos seguir. A
lo largo
de nuestra historia hemos sido víctimas de tiranos que solo han traído
desgracias a nuestros países latinoamericanos, por lo que debemos
fortalecer
nuestras democracias, para que no revivan los fantasmas de Pinochet,
Videla o el propio Fujimori. Tengamos precaución con el gobierno de
Chávez por
ejemplo, ya que no es coincidencia que esta haya condecorado con los más
altos
honores a este sátrapa libio de la peor calaña cuyo dinero es su moneda
de cambio
para ganar adeptos internacionales.Esto es una leccion que debemos
aprender porque hasta en el peor momento, el deseo y las ansias por
preservar nuestra libertad tendrà un lugar importante en el deseo de la
sociedad.
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