Hoy, se celebra el Día de la Madre, y aunque es algo simbólico, comercial, burdo, cliché, sentimentalista (ya parezco un posero de izquierda renegón así que mejor lo dejo ahí) es bueno para acordarse : "Oh cierto, a mi viejita nunca le agradezco por nada" y ya sea que le demos un perfume, chocolates,libros o esas rositas envueltas en papel aluminio que venden a un sol en el óvalo de Bolognesi, ellas sabrán valorar ese gesto de que a pesar que su hijo o hija se gasta como 13 soles en un mísero café en el Starbucks que es su ganancia de ella en un día por soportar estar sentada 10 horas en una oficina, es capaz de desprenderse de unos cuantos soles por ella. Pero hoy no quiero hablar de mi caso, ni de mi madre ni de mi abuela, porque eso es más íntimo y personal (además que ella no lee mi blog, solo sabe que tengo uno al que le dedico tiempo "en vez de estar estudiando para los cursos de la universidad, porque ella me paga la pensión para eso, no para andar tonteando en el internet").Esta vez quiero saludar a las madres de los combatientes en el VRAE.
Carta abierta por el día de la Madre:
Estimada señora
Hola, mi nombre es Sebastián. Usted no me conoce ni sabe nada de mi vida, pero yo se parte de su historia. Sé que usted es una madre de los combatientes en el VRAE, de aquellas que han sufrido la pérdida de un hijo, olvidado en un pedazo de infierno terrenal en un lugar recóndito del territorio al cual nadie quiere ir, luchando por un país que no sabe ni sus nombres ni su quehacer diario, combatiendo contra huestes narcoterroristas que les llevan ventaja, pero que frente a las que no se amilanan. Se que es terrible saber que la muerte de su hijo ha servido para ser la comidilla de buitres políticos y periodísticos, como cortina de humo para ocultar defectos del Gobierno, como válvula de escape para eludir la problemática central en torno a lo que verdaderamente está fallando, pero también ha servido para conocer nuestra realidad, la indiferencia de peruanos frente a peruanos, del heroísmo de personas que de acá a dos semanas serán olvidadas por muchos pero que dejarán una gran enseñanza en pocos pero que en estos pocos,esta será valiosa. Una vez escuche que un hijo debe enterrar a sus padres y no viceversa y de verdad espero nunca pasar por eso. Debe ser terrible que la vida de una hija o hijo se corte de la manera más brusca por conflictos generados por problemas que no han podido ser resueltos con inteligencia, y que han llevado al hombre a tomar las armas.Muchos dirán "Bah!son soldados, es el riesgo al que se exponen" y tal vez esa no fue su meta en la vida, pero aceptaron vivir de ese modo y hacer lo mejor que podían. ¿Cuantos de nosotros seriamos capaz de vivir como ellos a diario y soportarlo? me pregunto, y siento algo de culpa porque a pesar que no tengo muchas comodidades, estas son superlativas frente a las que ellos viven a la misma edad que yo. Solo quería expresarle mis respetos y aunque la palabra "héroe" se ha banalizado demasiado, siéntase orgullosa porque formó un verdadero peruano o peruana. Porque muchos haremos patria escribiendo, en los negocios,etc pero poco seríamos capaces de enfrentarnos cara a cara a otros peruanos que nos odian sin conocernos,luchar frente a lo desconocido y bajo un escenario adverso. Eso si es de valientes.Y aunque ya no tenga a su hijo y es cierto que ningún homenaje por más pomposo que sea, lo traerá de vuelta,sepa que yo no me olvidaré de que en nuestro violento país hay hombres y mujeres que dan la cara y se enfrentan por mí y por usted, y que su hijo o hija fue uno de ellos.
Espero sinceramente, que alguien imprima esta carta y se la haga llegar.
Mis respetos
Sebastián
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