Cabe decir que yo era así como tú.No sabía mucho quien era, casi nada.A lo más me parecía el Vargas Llosa mexicano.El año pasado, en mi primer año estudiando en la San Marcos,en una de esas frías tardes de invierno, llegué apurado a la universidad, casi trotando para ir a mi salón. Mi clase ya había empezado y yo no estaba en ella. Tenía que pasar por tres facultades, entre ellas la de Derecho. De repente, vi que había una feria del libro viejo en el patio de al frente, y me quedé ahí, caminando lentamente. Me había atrapado. Y total, que más daba, una "raya más al tigre" en mi control de mis asistencias no iba a hacer daño. Había lo típico de San Marcos: libros de Arguedas,Alegría,Marx, Cotler, Basadre, entre otros, enmohecidos y pirateados. Algunos best-sellers, nuevos eso sí, pero fuera de mi alcance al ser originales. Pero hubo una portada que me llamó la atención: una silla vacía, ostentosa pero con materiales rústicos y una pequeña figura metálica en forma de ave en la parte superior, con un fondo negro y desesperanzador.Por alguna razón no pude desviar la atención de ella. Tenía el logo de Alfaguara en el lomo, estaba casi nuevo y pertenecía a una serie de libros de la "Biblioteca Carlos Fuentes".Vi el sticker de atrás: 32 soles. No le pregunté al vendedor nada. Vi otros libros más y me fui.
A la semana, luego de haber googleado todo lo posible, sacrificar almuerzos, buscar desesperadamente y en vano en la biblioteca de la de Piura, estaba listo para comprarla, sin regatear. Llegué casi a la misma hora de la vez anterior, y de frente le dije "¿A cuanto me deja último este libro?", luego de decirme que me lo dejaba a 20 soles, supe que podía discutirle el precio, me había dado ese poder. A los 10 minutos y por 16 soles tenía en plena clase "La silla del águila" entre mis manos,hojéandolo. Lo leí en micros, en mi cuarto, en el cuarto de mi abuela, en la biblioteca y en plena semana de Parciales de la UDEP, dando y cuidando exámenes. Lo acabé en 3 días.
Es por lo común una de las llamadas "obras menores" de Fuentes, pero no me importó. Había de todo. una historia de amor macabra, asesinos, operadores políticos de la peor calaña, personajes abúlicos y depresivos, mentiras a gran escala. Cada personaje participaba en la narración con las cartas que escribían, ALGO ÚNICO para mí, que no había leído algo así. Pero habían temas tan universales como el amor, la tragedia de un país, el peso de la historia, las limitaciones de la libertad narradas de una forma tan especial y única que no pude dejar de sorprenderme con cada párrafo que me daba más y más expectativas.A través de Fuentes, he conocido México, me he paseado por sus calles y edificios, he conocido políticos peores que los que hay en mi país (aunque ahora por ahí van), he sufrido con las desgarradoras historias de violencia desquiciada. He vivido las historias del día a día de mi continente. Con un giro sorprendente en la trama de por medio, di fin al libro.
Ahora está en los anaqueles de mi humilde biblioteca, junto con 5 libros más del mismo autor, aunque con mucho espacio para los que me faltan. Me faltan aun las obras más grandes y magistrales, pero eso ya vendrá cuando tenga tiempo y dinero (Mis viejos me dicen que no gaste tanto mi plata en libros, que ahorre!!). Por mientras les digo, que leer es una de las mejores experiencias de la vida, pero leer a un buen autor lo es aun mas.Lee a Fuentes. Lee "Aura" y maravíllate con lo magistral de ese cuento, "Todas las familias felices" en donde tal vez esté tu historia,asústate y emociónate con "La cabeza de la hidra". En fin, lee cualquiera, pero LÉELO. Date un tiempo y disfrútalo por tu propia cuenta.
El escritor vive a través de sus obras, se hace inmortal en ellas.
Gracias Carlos.
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