Estruendomudo. 2016. 120 páginas
“No puedo recordar qué hacíamos en noches como esta cuando aún Calderas
era más que un nombre a punto de olvidar” (pág. 9).
Los seis relatos que conforman la primera incursión narrativa de Arámbulo, giran alrededor del
ficticio pueblo de Calderas y la influencia de este en las tragedias de sus
pobladores. Todos ellos quieren dejar atrás la conexión que tienen con ese
infierno en medio del desierto, pues más allá de ser un pueblo en constante
agonía, este representa un sello maldito
en el espíritu de los personajes que recorren el libro.
En el cuento que da título al
volumen, unos amigos acompañan a uno de ellos a enterrar a su padre al pueblo
fundado por él. La comunidad que su padre implantó en medio de la nada y cuya
falta de acceso al agua, aun muchísimos años después, representa el fracaso
total de su anhelo: convertir esa maldita extensión de tierra en un lugar
habitable y no una que fuera abortando con el trascurrir del tiempo a quienes
decidieron instalarse allí. Aquí ya se va germinando la sensación de constante
frustración presente en los siguientes relatos.
Esperando la brisa de otoño presenta los anhelos de venganza vigentes
aún muchísimos años después de acontecidos los motivos. Muerte y honor se
conjugan en dicha historia. De mejor factura resulta La inundación, la historia de dos jóvenes incapaces de frenas sus
pulsiones sexuales aún en medio de la devastadora inundación que sufre
Calderas. Las batallas al interior de ambos personajes están bien trazadas,
mostrando la habilidad de Arámbulo para expresar dichos arrebatos pasionales, y
donde los recursos narrativos utilizados están al servicio de lo que se quiere
contar.
No sucede lo mismo en Oficio de epifanía, el cuento más largo de
todo el conjunto y donde si bien hay un despliegue de saltos temporales, voces
intercaladas y otros recursos complejos,
la historia que se pretende narrar se diluye frente a esta explosión de elementos
lo cual provoca que el deslumbramiento inicial y el asombro se agoten pronto.
Y ya que menciono un aspecto, que
en lo particular no me gustó, quiero mencionar otros que restan puntos al libro
como el excesivo uso de símiles en varios momentos de las historias como “a
punto de reventar entre sus manos como un globo demasiado inflado”. (Pág. 111)
o “Molina
oye voces que llegan hasta sus oídos como blandas pelotas rebotando en paredes
acolchadas” (pág. 114), y
reflexiones que pudieron haberse suprimido como “Respiramos casi agua, como los peces, aunque me parece que los peces no
respiran agua. El agua debe tener algo de aire así como nuestro aire tiene algo
de agua” (pág.55)
Escena prima, es el relato más logrado a mi parecer. Crueldad,
demencia y perversión son los temas que se abordan en dicha historia, que mantiene
el clímax en todo momento. Finalmente Perseo,
el cual cierra el libro, es una metáfora de la imposibilidad de los personajes
de dejar atrás el estigma de Calderas, que como dice uno de los personajes,
representa una tierra que puede más que
la necesidad de ciento de desesperados que llegaron a ella por casualidad o
escapando de algo, sujetando su vida a lo que las fuerzas de la naturaleza
quisieran hacer con ella.
+ Sobre el autor:
Carlos Arámbulo (Lima, 1965)
Traductor y escritor. Es autor del poemario "Acto primero" (1993). En el 2014 obtuvo el Premio Copé de Plata por su cuento “Fifteen”. Al año siguiente, su primer libro de relatos "Un lugar como este" (2014) fue elegido finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, organizado por el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia.
(Una versión de este texto aparece en el portal web
Punto y Coma)
Muchas gracias por tu atenta lectura, Sebastián. Saludos!!
ResponderEliminarDe nada, Carlos. Estaré atento a tu próxima publicación. ¡Saludos!
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