"These days there’s so much paper to fill, or digital paper to fill, that whoever writes the first few things gets cut and pasted. Whoever gets their opinion in first has all that power". Thom Yorke

"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra

"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet

"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki


sábado, 23 de julio de 2022

[Reseña] ‘¿Sueñan los gauchoides con ñandúes eléctricos?’ de Michel Nieva

 Costumbres ciberargentinas

Colmena Editores, 2021. 100 pp.

                    “Porque me da risa.”

                Aunque pueda sonar como una razón menor, es lo primero que respondería si alguien me preguntase por qué recomiendo este libro. Y es que más allá de sus escenas de sodomización robótica o la espeluznante descripción anatómica de un ex presidente conservado en formol, algo que resalta del libro de Michel Nieva (Buenos Aires, 1988) es cómo este posee un ingenio ficcional y tono paródico que aúna un humor no exento de hondura al explorar los sentimientos de sus personajes, condenados a lidiar con su existencia artificiosa.

                Nieva crea un universo en el que contextualiza arquetipos ya clásicos de la ciencia ficción, como lo son los androides y los zombis, dentro de una atmósfera argentina (o de la idea que se tiene de “lo argentino”.) Mejor dicho:  de los gauchos a las crisis económicas (el corralito del 2001 como epítome[1]), pasando por la hiperlocuacidad de los libreros porteños y la vehemencia con la que estos son capaces de defender una posición ideológica, en la poética de Nieva existe un sincretismo exhuberante de elementos disímiles. ¿Cómo, entonces, Nieva logra que una mezcla así no se sienta impostada?

                En ‘¿Sueñan los androides…?’ el lector conecta con una propuesta de lo que podría ocurrir si efectivamente existiera un mercado de androides basado en idiosincrasias, y estos decidieran asumir una posición bartlebyana (‘¡Y habría preferido no hacerlo!’, exclama constantemente) contraria a las funciones paras las que fueron programados.  con el ascenso y metórica debacle de un joven inventor que de la noche a la mañana saborea el rotundo éxito y la consecuente traición, en una estupenda ridiculización de las cansinas historias de vida que buscan validar al emprendedurismo como dogma: ‘La verdad, a veces me sorprende que los acontecimientos más importantes de la vida obedezcan a razones tan estúpidas, a azares sumamente vulgares’ (pág. 29) expresa uno de los personajes en este cuento.

                ¿Qué ocurriría si el monstruo de Frankenstein deambulara por Buenos Aires? Mi relato favorito de este conjunto es ‘Sarmiento zombi’, donde Nieva recrea la desolación de un chico ninguneado amorosamente: ‘y ¿cuándo uno está enamorado no es, en el fondo, todo el tiempo, toda experiencia vivida sin esa persona que nos obsesiona, un pretexto, una necesidad de traducirla en anécdota con el único objetivo de poder compartírsela?’ (pág. 65) para luego, sumergirnos en el delirante deseo de una secta (cuando Emiliano, el protagonista, se une a esta) que busca revivir a Domingo F. Sarmiento, obviando los nefastos efectos que un evento así puede provocar.

 Nieva reactualiza el mito de la bestia desprovista de control que arrasa con la naturaleza que le rodea, rechaza la condición que le ha sido impuesta, y que además se ve obligada a combatir los tormentos sobre qué significa albergar sentimientos, como bien lo expresa Bodoque, uno de los artífices del nuevo monstruo:

Y ansí la tosca criatura

Injustamente agraviada

Entendió que el mundo finito

Extenso como el chorizo

No estaba aún preparau pa

Los zombis o muertos vivos

 

(…)

 

Todavía corre el pobre monigote

Buscando el resto que aún falta

A su cuerpo pa ser hombre

¿Será ausencia tal vez de alma?

¿O bien este el mismo es

Sentimiento de insipidez

Que a todo hombre corroe?’

(págs. 84-85)

 

Empatía que se logra generar también con el llanto desconsolado y adolorido del gauchoide del primer relato, en lo que es una muy buena revitalización del conocido soliloquio de la criatura creada por Mary Shelley:

 

‘¡Qué daría yo por tener

un caballo en que montar

y una pampa en que correr!

¡Diga, patrón, si tal vez,

De otro gauchoide gimiente

Deba yo hacerme padre y juez

pa no ser tan contingente!

¡Soledá, patrón, soledá! ‘ (pág. 13)

 

Ruptura de la cuarta pared por parte de los personajes, referencias a la propia obra de Nieva, un uso lúdico de distintas tipografías y, sobre todo, un humor ácido que hace que dichos elementos converjan de buena manera, son elementos que destaco de un volumen muy recomendable. Como para reírse de las ficciones con posturas nacionalistas, sosas y solemnes, que cunden en buena parte de la narrativa realista actual.

 

 (Este reseña fue publicada en la revista virtual 'El hablador')



[1] Para mayor referencia, sugiero escuchar este episodio de ‘El hilo’: “Argentina, 20 años del corralito y la crisis interminable” (https://elhilo.audio/podcast/corralito/#:~:text=El%20pa%C3%ADs%20estall%C3%B3%20en%20diciembre,en%20la%20historia%20de%20Argentina )

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