"These days there’s so much paper to fill, or digital paper to fill, that whoever writes the first few things gets cut and pasted. Whoever gets their opinion in first has all that power". Thom Yorke
"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra
"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet
"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki
jueves, 16 de julio de 2015
Reconstruyendo al padre: "Bajo la sombra" de Jack Martínez
Solo se pueden olvidar a los vivos que uno quiso, a los muertos jamás.
Jack Martínez
En los últimos meses ha habido una sana
coincidencia en cuanto a la temática de los libros publicados por escritores
peruanos. Ésta ha girado alrededor de la relación (tormentosa en la mayoría de
casos) entre “padre e hijo”. Pero hay un
libro que si bien aborda el tema, lo hace desde el enfoque de la orfandad. De
la ausencia de esa figura paterna y cómo ésta determina la conducta a lo largo
de la vida de uno. Ese libro es “Bajo la sombra”, la primera novela de Jack
Martínez, quien en noventa páginas es capaz de esbozar una historia atrapante y
contundente en su propósito de enganchar al lector y dejarle un mensaje que le
rondará la mente varios días después de terminar su lectura.
Joaquín, el protagonista, es un
pintor de ataúdes. El último encargado de honrar a los muertos a través de la
pintura. Pequeñas piezas de arte que convivirán bajo tierra con los muertos. Un
empleo peculiar que lo enfrenta día a día con el sufrimiento de sus clientes. Y sus problemas también. Porque
a través de ellos es posible inferir algunas hipótesis sobre cómo fue la vida
de aquellos a los que pinta. Lamentablemente, el único muerto al que le hubiese
gustado conocer es su padre. Un padre que nunca estuvo presente para él cuando
requirió su ayuda.
La orfandad del padre fue siempre
física. Pero hubo una que fue emocional,
y por ello, más trágica aún: la de su madre. Una mujer que nunca llegó a
tomarle cariño del todo. Que luego de la pérdida de su marido, se abandonó a
una macabra veneración de su figura. Una adoración y obsesión que hizo que el
hijo tomara el lugar de un estorbo. Como algo que está ahí, sobrando y
fastidiando. Condenado a convivir con la figura de aquel hombre, que ausente,
se volvía más perfecto en la imaginación de aquella mujer.Le pedí que se quede allá, a vivir en ese mundo que tal vez mi padre
logró crear para ella, pero no para mí, se menciona. Esa falta de afecto
inicial mueve a Joaquín a buscarlo, y es de ello que trata la mayor parte del
texto.
“He sido un insecto y tal vez lo siga siendo”. Digo esto porque en mis
primeros recuerdos mi madre ya me trataba como a un ser inferior y
despreciable. Yo hablaba, preguntaba, trataba de entender por qué tanto odio,
pero ella nunca contestó.
En esa búsqueda, van apareciendo
varias figuras que intentan cubrir los déficits sentimentales de aquellas
figuras paternas. Figuras como Carola, Rocío, e incluso Waldo, un criminal. Una
búsqueda que lo lleva incluso a descender a actividades delictivas, tratando de
encontrar formas de sobrevivir y salir bien librado de aquellos primeros años signados
por la tragedia de vivir en un hogar resquebrajado. Y es ahí donde la presencia
de Sebastián es determinante.
Si alguna vez tuve un referente, ese fue Sebastián. Antes de conocer
sus debilidades y sus mentiras, quería parecerme a él.
La aparición de Sebastián irrumpe
en Joaquín como una luz que se inmiscuye en esa sombra en la que está
transcurriendo su vida. Hasta ese momento, había caído en el vandalismo y
complicidad, renegando de cualquier otra motivación ya que lo importante en
primer lugar, era seguir respirando el aire de este mundo un día más. Pero la presencia de Sebastián, un pintor marginal
de la ciudad lo desestabiliza. Es alguien que sin conocerlo, lo señala como su
elegido para legarle una herencia. Una herencia que va más allá de la simple
ayuda económica. Una herencia que le muestra un aspecto de la vida a la que
Joaquín no le había prestado atención: el arte. El poder desahogar toda su
frustración a través de la pintura. Donde es capaz de expresar todo aquello que
le carcome el alma y trasmitir algo de forma más valiosa, para él y para otros.
No asumiéndolo como un camino seguro al éxito, sino como una necesidad vital.
Sebastián fue su padre
mientras estuvo presente. Un padre
cuando Joaquín más lo necesitaba. Y es en esos pasajes donde la novela alcanza
sus mejores momentos.
Hay otros aspectos que pueden
rescatarse de la lectura de este libro como la crítica certera contra aquellos
que asumen el arte (en general) como un medio para lucrar con el sufrimiento
del otro. También está el cómo la escritura se puede asumir como un oficio
donde se puede intentar salir de una sensación asfixiante de fracaso (Tras ese fracaso, lo único que pude hacer al
leer, el cuaderno de notas fue escribir estas páginas, contando mi vida, la
real, la que duele). Y claro, cómo no mencionar los diarios del padre. Una
clara alusión a cómo las palabras pueden acercarnos a alguien, a pesar que tal
vez nunca lo conozcamos físicamente. Cómo la literatura tiene esa extraña magia
de hacernos sentir que alguien nos comprende y nos muestra algo de nosotros a
la que de otra forma no podríamos acceder.No
quería abrirlo porque deseaba mantener esa esperanza con vida: la ilusión de
encontrar algún pedazo de mi padre a través de sus propias líneas. La idea de
conocer una parte de él que, de algún modo, me hablase.
Buen debut de Jack Martínez en la
narrativa peruana. La semilla de muchos libros que ya
llegarán.
Jack Martínez Arias: (Lima, Perú - 1983) estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Desde el año 2004 se desempeñó como periodista cultural, publicando columnas, artículos y entrevistas en diversos diarios peruanos. Es miembro del comité editorial de El Hablador
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