Páginas de Espuma, 2011. 163 páginas,
¿Qué clase de vínculo es el que
sobrevive a una relación truncada? ¿Es una variante del amor? Como el título
anuncia, los cuatro extensos relatos que conforman este libro giran en torno al progresivo deterioro del amor, sus
desfavorables efectos y la inevitable desaparición del sentimiento. Pero también sobre aspectos que transcienden
dicha esfera, como lo son los lazos familiares y sus conflictos. Tal como en
“Tiempo de vida”, Giralt Torrente convierte la institución familiar en el
centro de su narrativa. El hogar como espacio donde se desatan con mayor
intensidad todas las emociones existentes, sin importar que estas sean
positivas o dañinas. La consanguinidad presentada como una maldición con la
cual lidiar de manera constante.
Nos rodeaban palmeras es el
primer relato del conjunto, y a mi parecer el más débil. Una pareja decide
viajar a una isla perdida del Índico para intentar evitar la disolución de una
relación donde lo más característico son los incómodos silencios. Durante su
viaje, tendrán como vecinos a una pareja alemana que muestra síntomas de una
decadencia afectiva parecida a la suya, y en la que hallarán un espejo
premonitorio de lo que les espera si persisten en seguir juntos. Las excesivas
e innecesarias descripciones de algunos personajes desmerece la profundidad de las
escenas más logradas.
El narrador de Cautivos es un privilegiado testigo de la
extraña (y mal vista) relación de veinte años de su prima Alicia con Guillermo
Cunningham. La opresión y posterior rechazo de la familia materna, la necesidad
de escapar de ello, pactos pocos convencionales y el cosmopolitismo, serán
algunos de los elementos que formarán parte de la mutación de esta pareja hasta
el final de sus días, cuando la atracción mutua sea igual de intensa que el
rechazo. Un vínculo tóxico y enfermizo que Giralt Torrente narra de manera
eficaz en este caso.
En Joanna, una llamada la radio
detona una avalancha de recuerdo en el narrador, permitiéndole iluminar las
zonas más oscuras de la relación que mantuvo durante su adolescencia con la
enigmática joven del título, pero sobre todo con la familia de ella y la perturbadora
sensación de zozobra que ésta última proyectaba. Sombra que a la larga
contaminó el inocente vínculo de ambos jóvenes, aplastando sus posibilidades de
sostenibilidad e hipotético desarrollo. La revelación final es simplemente
estremecedora haciendo de este cuento el mejor de los cuatro.
Finalmente,
Última gota fría es el relato de un adolescente que observa la peculiar convivencia de sus
padres divorciados en paralelo al errático intento de su madre por salvar su
relación y los sucesivos fracasos económicos y profesionales de su padre. El
empeño de la voz que narra por atrapar aquello que escapa a la simple
comprensión, por llenarse de hipótesis que intenten abordar los mecanismos y
procesos de las pasiones, y la exploración de las fisuras emocionales del ser
humano, conforman la impronta de la narrativa de Giralt Torrente, palpable de
buena forma en tres de los cuatro historias de
El final del amor.
+Sobre el autor:Marcos Giralt Torrente (Madrid, 1968) es uno de los autores más valorados de la literatura española actual. Debutó en 1995 con la colección de cuentosEntiéndame, a la que siguieron las novelas París(Premio Herralde de Novela) y Los seres felices. Su último libro, Tiempo de vida, cosechó un aplauso unánime y fue destacado por la crítica entre los mejores de 2010. Es autor también del relato largoNada sucede solo (Premio Furest i Roca) y de la colección de microrrelatos Cuentos vagos. Traducido a diversos idiomas, pertenece a la Orden de Caballeros del Finnegans y ha sido escritor residente de prestigiosas instituciones europeas como la Santa Maddalena Foundation o el Berlin Artists-in-Residence Programme.
(Una versión de este texto aparece en el portal
Punto y Coma)
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