"These days there’s so much paper to fill, or digital paper to fill, that whoever writes the first few things gets cut and pasted. Whoever gets their opinion in first has all that power". Thom Yorke

"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra

"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet

"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki


domingo, 1 de diciembre de 2013

"Contarlo todo" de Jeremías Gamboa:Evadiendo la tentación del fracaso y sobrevivir para contarlo



Hace ya cerca de tres meses leí en una rápida inspección de bitácoras literarias el nombre de Jeremías Gamboa. Y no fue en cualquier medio de resonancia casi espectral como las que pululan por Internet, sino nada más y nada menos que en la sección cultural del diario "El País" de España. en una sección de Nuevos Narradores Latinoamericanos  que de inmediato llamó mi curiosidad. El título de la nota era "Vocación sin freno" y se narraba las peripecias que había tenido el escritor para escribir y lanzar una nueva novela, que estaba siendo respaldada nada menos que por Mario Vargas Llosa y Carmen Balcells,su agente y referente imprescindible si hablamos de los maestros del Boom. Sorprendido, empecé a googlear toda la información posible sobre el susodicho, con reseñas y notas que elogiaban su primer libro de cuentos lanzado por Alfaguara en el 2007, inubicable en cualquier librería de la capital, pero del que se podía leer un cuento online. De inmediato lo imprimí y leí camino a mi casa en bus. Una lectura gratificante. Empezaron mis exámenes finales y me distancié del tema. Ya eran comienzos de octubre, cuando comenzaron los preparativos para la feria "Contra" de editoriales independientes organizada por la Municipalidad de Lima. En su agenda, figuraba una charla llamada "La tentación del fracaso o cómo enfrentar resistencias y miedos a escribir". Debo decir que por dichos días yo andaba, por así decirlo, bloqueado con algunas historias que tenía en mi mente pero que no tenía idea sobre el cómo plasmarlas como yo quería en cuentos de buena factura. Así que ni corto ni perezoso, decidí ausentarme del trabajo y una clase que tenía ese día para ir a la charla. Por la mañana, con una esperanza casi extinta recorrí Quilca y alrededores en busca de dicho cuentario inhallable, con respuestas negativas por doquier que me hicieron caminar cerca de dos horas. Cuando ya la resignación me había ganado, en el stand que menos imaginaba lo conseguí. Casi ni pregunté el  precio que me pidió, accediendo a pagar casi sin notarlo, pues era un ejemplar nuevo y sellado. Tomé un micro y fui a la charla en el Centro Cultural de España. Esperamos los asistentes unos cinco minutos hasta que llegó. Con un morral un poco gastado, cabello largo y un aire de despreocupación que contradecía mis vagas ideas de lo que era un escritor. La charla fue estupenda y ajena a todo lo aburrido que podría sonar para cualquiera la idea de un taller literario, pues de lo que más se habló fue de como afrontar la vocación por ella. Los nombres de Ribeyro, Vargas Llosa, Naipaul, Roth, Kureishi y King, flotaron en el auditorio de forma admirable. No les narraré todo lo demás que se dijo, pues eso da para otro post, pero sí que en ese momento mis temores para escribir cuentos se estaban disipando. Al acabar la charla, me acerqué con mi ejemplar en la mano para que lo autografíe esperando una respuesta de indiferencia, mas Jeremías reaccionó asombrado por la sorpresa de que lo haya hallado y lo firmó con una de las mejores frases de aliento que alguien me ha transmitido. Entre esa tarde y la del siguiente día devoré placenteramente todos los cuentos del libro que me dejaron casi en estado de shock. La tarde del sábado ( la primera charla había sido un viernes), asistí a la segunda y última charla, con la convicción de que estaba frente a un escritor fuera de lo común y renové mis esperanzas en mi fe literaria.


"Contarlo todo" es un libro que esperé de forma impaciente y casi demencial. Sabía que se lanzaba en España el día de mi cumpleaños, y que durante el mes de Noviembre llegaría a Lima. Mientras tanto, le escribí por Facebook al sr. Gamboa que me respondió de forma sencilla y gentil, un texto que aun guardo. Y ha sido un mes de ansiedad que llegó a su fin el día viernes pasado,29 de Noviembre a las 2 de la madrugada, que empecé a disfrutar esta maravillosa novela y que si bien terminé hace pocas horas, en menos de tres días, sus efectos se prologarán por mucho tiempo como una caja de resonancia que no termina de vibrar.

La historia de un joven temerizo, estudiante becario de una de la más prestigiosas universidades privadas del país, residente en un distrito de clase media baja de esta ruidosa y bizarra metrópoli sudamericana,sin éxito con las mujeres, un problema de seguridad en sí mismo y sus capacidades, aficionado a las literatura y  que empieza a trabajar con personas a las que teme en un primer momento. Quitando algunos detalles,¿Donde iba a encontrar algo más parecido a lo que ha sido mi vida hasta ahora?. Me identifiqué desde la primera línea. La novela que yo hubiese querido escribir en unos años.En su aparente sencillez, desligada de situaciones macabras, demasiado trágicas o malditas, la novela de J. Gamboa demuestra una madurez única para narrarnos una buena trama sobre los temores para escribir, la amistad como sostén para sobrellevar la juventud y sus dudas, las tormentas del amor veinteañero, las penurias económicas, el racismo tácito de nuestras sociedad y una serie de eventos humorísticos y entretenidos. Hay una buena dosis de todo aquello que el lector busca en una novela. No se lea tampoco como un manual de autoayuda, rótulo que le añaden los críticos a todo aquello que no contenga historia de algún ser desquiciado o marcado por un suceso truculento. Tampoco como un tratado sobre la realidad socio-económica de nuestro tiempo, pues si quieren algo así vayan a leer un libro de Sociología. Esto es literatura y de la buena.Una estructura adecuada, estilo limpio y claro.

Las expectativas eran altas, y vaya que la novela no sólo no las decepciona sino que las satisface con creces. Un buen novelista peruano ha emergido y es motivo para aplaudir. Aplaudir y leer.

Aquí algunas reacciones sobre la novela:

«Un escritor perfectamente dueño de sus medios expresivos, que sabe concentrarse en lo esencial, que es siempre contar una historia bien contada.» Mario Vargas Llosa.

«Olvídense del malditismo, a Jeremías Gamboa le interesa la literatura que ofrece una luz al final del túnel.» Amelia Castilla, Babelia


«Si triunfa, todos sabrán qué son los mostros». Xavi Ayén, La Vanguardia.



miércoles, 6 de noviembre de 2013

Última escena a los 20 años

La última escena que recordaré de estos 20 años que se están extinguiendo será la de la chica que me gustaba hace menos de dos meses, rodeada por los brazos de un ser extraño a mi memoria visual, sonriente y protegida, sin inmutarse por aquello que la rodea: los micros atestados de gente, los ambulantes gritando a viva voz, los estudiantes que caminan de prisa como si estuvieran escapando de algo trágico y opresivo y yo que estoy a menos de dos metro.Un ser que se tornó invisible a su interés.Pero no son los celos los que me invaden.Es algo más.

Es una mezcla de cuestionamiento interno con una inconmensurable y molesta sensación de vacío. Un mecanismo que se enciende y empieza a alterar mi mente,un proceso denso desde la universidad hasta aquí, solo frente al monitor y el frío contacto con el teclado. Y resume en parte todo lo que ha ocurrido este último año. Una isla circundada por la oportunidades perdidas en su momento, que flotan al límite del ahogo sin acercarse directamente hacia mí.

La chica ya no me gusta, y si la tuviese al frente mío actuaría con una indiferencia brutal, mostrando una cortesía forzada. Pero hace dos meses, parecía el lobo de las caricaturas que se mueve epilépticamente y padece de hiperactividad a corto plazo. Trazaba planes, escenarios, palabras por decir, escritos no concretizados. Incluso salí con ella en dos oportunidades, y cumplí con el protocolo que cualquiera pensaría como "enamoramiento". Pero de la expectante ilusión inicial, terminé derivando en un aburrimiento sólo comparable con la de Mersault, en "El extranjero" de Albert Camus, libro que acabé hace unas horas y que tiene implicara directa con la motivación a escribir esto.

Y es justamente el tedio, lo que no sólo parece gobernarme a mí, sino a todos los que me rodean. Es la prisión invisible que nos envuelve a todos, como un manto asfixiante. Se dejan pasar casi sin inmutarse elecciones que nos podrían llevar a situaciones mejores.Riesgos que valen la pena, y no los que sólo conducen a caminos más peligrosos.

No me refiero a un escenario donde todos andan como robots, sino a uno, donde las cosas se han relativizado a tal punto que no se encuentra satisfacción en las empresas que llevamos a cabo, y sólo hay ráfagas imitando la felicidad,transitando como sombras en nuestras conductas.Nos rodeamos de un "optimismo" que se nos presenta como tabla de salvación pero que no comprendemos conceptualmente, y que sobrevive gracias a un efecto placebo alienante. Detesto a las personas que me venden pastillas de felicidad encapsuladas en mensajes vacíos.

La solución a todo esto, no la poseo, sino  no estaría aquí sintiendo que no gano nada al escribir esto, más que el desahogo momentáneo de esta turbulencia interna. Muchos encontrarían la respuesta correcta rezando, otros embriagándose, otros llamando a su pareja. Pero creo que si buscamos la naturaleza de estas sensaciones nos podremos acercar más a un paliativo correcto. Sin irnos al extremos de inventar "Complejos de Edipo, Electra, Narciso" y otros espejismos.

Advertir el peligro de un mar de dudas y vacilaciones que se acumulen en el desencanto por el presente es una labor impostergable, urgente en la etapa juvenil.Tampoco quiero parecer el "Grinch" de esta pseudofiesta constante que muchos viven y que no esconde una desesperante sensación de desapego por las cadenas que los mantienen fijados a un mundo homogeneizante. Sólo espero que cuando escriba en 365 días la última escena de mis 21 años, el hálito de molestia y tedio se haya disuadido.




domingo, 26 de mayo de 2013

Personajes cotidianos de la vida mundana juvenil VIII: El hiperactivo incurable

Hace tiempo que había dejado de hacer estos humildes perfiles sobre gente con la que uno se topa a diario para bien o para mal pero en vista de que es hora que alguien se pronuncie sobre este tipo de personajes a los que descubrimos a temprana edad: los hiperactivos.

Haciendo un recuento, la presencia de estos seres han pululado en mi vida desde que estaba en la primaria. Antes no existía la palabra bullying, pero si se cumplía en los colegios todo lo que esto connotaba y que se funciona como fórmula infalible en las comedias americanas por cliché que es el abuso generalizado hacia alguien en especial.En mi salón existían varios de estas víctimas pero sobretodo había uno que destacaba por su presencia que invadía la atmósfera de por sí intranquila de los niños de 6 a 10 años. Digamos que se llama  Zancudo. Zancudo iba de aquí para allá, fastidiando, haciendo bromas sin sentido, muy inocentes y por lo tanto inútiles al momento de cometer su función de dar risa. Introducía temas desfasados durante las conversaciones de los grupos establecidos (hablar de Digimon, cuando todos ya hablaban de Medabots), hablaba hasta por los codos durante la clase, quería imitar al pegalón de la clase dándoselas de popular y solo terminaba haciendo el ridículo en medio de todos, a veces hasta vilipendiado por este pegalón que era su modelo de ser. En las fiestas infantiles le caía bien a todos los padres que lo obligaban a uno a ser su amigo y a hacer trabajos de grupos con él, sin entender que detrás de esa apariencia de niño conversador se escondía un ser más espeso que un plato de quaker. En fin, era la primaria y casi todos los niños tenemos algo de hiperactivos, pero algunos más que otros. (NR: el autor de la nota alguna vez, por increíble que suene, fue catequista de niños de primaria y puede decir que las generaciones venideras se llevan de lejos a las anteriores en cuanto a no estarse quieto en un lugar sacando de sus casillas a cualquieras).

Pero en la secundaria esta aparente hiperactividad ligada a la infancia se va diluyendo porque los intereses por Pokemon, taps o los juegos de turno mutan en intereses por enamoramientos precoces, fiestas,música, tareas, entre otras cosas. Pero algunos mantienen este gen involutivo, y son como parásitos que deambulan en los pasillos de los salones, hablando a cada momento de las cosas mas incogruentes posibles. Trata de imitar sin éxito al chico que aparenta tener más popularidad en el momento, no tiene un grupo definido con el cual se puede identificar, en las fiestas siempre está tratando de sacar a bailar a las chicas más simpáticas pero termina por demostrar los pasos de baile más inverosímiles con el "cuartel de las feas". No tiene una personalidad definida por así decirlo y si algún día alguien decía por ejemplo que le gustaba Panda, él venía al día siguiente vestido con pulseras, su polo oficial respectivo y con la mayor cantidad de música del grupo en el MP3. Son afanosos al momento de enamorarse y siempre anuncian con bombos y platillos que chica les gusta, pasando esta a ser motivo de risa por parte de sus amigas. Dependiendo de su violencia, siempre termina por querer hacerse el matón y queriendose burlar de los eslabones más débiles en la pirámides sociales escolares, pero cuando los nerds, chancones y chicos con alma de autistas se unían terminaban vengándose de la manera más ingeniosa. Una vez terminado el colegio, su nombre pasa a quedar registrado en el último compartimiento de la memoria.

Pero por lo que escribo hoy, es por los hiperactivos universitarios, aquellos que son como una especie de agentes de la incomodidad que van de salón en salón repeliendo gente a su alrededor, haciendo bromas estúpidas e irritantes, tratando de hacerse pasar por buena gente , pegándose cuando uno solo quiere estudiar solo en la biblioteca, causando que grupos de amigos se dispersen cuando este se presenta ante ellos, colándose en los almuerzos en la cafetería haciendo que a veces los temas de conversación desaparezcan por arte de magia y que los actos de cortesía cobren una falsedad increíble.Muchas veces no lo hacen de forma conciente, pero sus actos son capaces de reducir el nivel de paciencia de uno a valores cercanos al cero. Son los que siempre están en los círculos de reunión a un lado, asintiendo a todo lo que se dice sin aportar una opinión propia. En las redes sociales, ni que se diga. Le pone "me gusta" a todos los comentarios, realiza comentarios que no tienen nada que ver con el contexto dado, se ríe de forma exageradamente en las conversaciones, siempre trata de chatear con la mayor cantidad de personas posibles a la vez y cuelga fotos hasta porque encontró una mosca.No entiende las indirectas y es demasiado "emotivo" por así decirlo. Si tiene cuenta en Twitter, escribe  frases del calibre de "Estoy en el baño, saludos". Y si consigue enamorada, es peor que el huracán Katrina, porque uno tiene que fajarse los estados más cursis y exageradamente ridículos del mundo, incluyendo fotos en 3D de los besos respectivos.Advertencia: Ni invitarlo a las pichangas respectivas de camaradería porque termina siendo el "leñador" de turno, arrasando con cuanta pierna se le ponga en frente.

Está bien, tal vez soy muy intolerante con ellos y solo tengan un déficit de comprensión y solo buscan llamar la atención no sabiendo la manera correcta. Sólo quería mostrar una realidad que convive con nosotros a diario en la aulas, el trabajo, el instituto...hasta en el micro (no olviden que siempre hay un NN que se pone a preguntar tontería y media cuando se sienta al costado de uno impidiéndonos estudiar o echarnos una siesta mirando a la ventana).El motivo es lanzarles un aviso de que vamos, relájense un poco y también sean comprensivos con los que no andamos a la misma velocidad que ustedes. Gracias

CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD NO ES PURA COINCIDENCIA

viernes, 17 de mayo de 2013

Un grito de horror desde el centro de la combi

Señoras y señores
sí,aquí estoy
aunque no puedan mirarme
espero que mi eco los haga encontrarme

Una voz desde lo más profundo del caos
del décimo círculo del infierno
que Dante no quiso mencionar
los restos de una identidad perdida
espero que no olvidada

No quiero mencionar el nombre
del móvil donde agonizo
por temor a que más pasajeros
quieran acompañarme en el dolor

Ya son las 7 de la noche
el día ya no sé
solo se ven las luces de los faros
señal que seguimos en el mismo mundo
¿seguimos?

Retorciéndome en la fiebre
aullando débilmente
los huesos hechos polvos
 la mente obnubilada

Un bebé exhalando su queja
una vieja ya está viendo a San Pedro
la chica de al lado llorando
y el ateo rezando

No recuerdo ni donde subí
ni hacia donde me dirijo
solo que subí con una pareja
que de tanta espera
decidieron encargar una familia a la añeja
asi que terminé de padrino
de un infante maldecido

Me despido
no porque haya llegado
al paradero deseado
solo de puro cansado

Ojala llegue a mi destino
o este venga a buscar los restos
de este desahuciado