"These days there’s so much paper to fill, or digital paper to fill, that whoever writes the first few things gets cut and pasted. Whoever gets their opinion in first has all that power". Thom Yorke

"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra

"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet

"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki


domingo, 26 de junio de 2016

“Vernon Subutex Vol. I” de Virginie Despentes


Literatura Random House. 2016. 384 páginas

Para Vernon Subutex, el cincuentón protagonista de la novela, los sueños de rock'n'roll han quedado atrás. La crisis ha llegado a su vida desde hace mucho a pesar que ha fingido no enterarse de nada: ya no tiene la tienda de discos, se le acabaron los ingresos, debe meses de renta, y sobre todo, acaba de perder a Alex Bleach, su mecenas y amigo, la trágica estrella caída del rock francés. Contando solo con algunas grabaciones inéditas de éste, Vernon tiene que lidiar con la angustia de haber quedado en el desamparo total tras el desalojo de su vivienda. La aceleración de este esperado hundimiento, lo lleva a visitar los hogares de sus viejos conocidos buscando refugios temporales, sin importar el grado de cercanía mientras este aún exista. El resultado: ninguno ellos parece estar mejor que hace 20 0 30 años.

Es dicho recorrido por los barrios de Paris, el que le permite a Despentes abordar los miedos sociopolíticos surgidos tras el derrumbe del Estado de bienestar que Francia gozó por años y la correlación de estos con fenómenos como el alzamiento de la extrema derecha, la xenofobia, el alejamiento de cierta parte de la llamada “clase intelectual” de los verdaderos problemas de su sociedad al estar más preocupados por proyectar una falsa imagen (A los intelectuales de izquierdas les encantan los gitanos rumanos, porque los vemos sufrir mucho pero nunca los oímos hablar. Víctimas adorables. Pero el día en que uno de ellos tome la palabra, los intelectuales de izquierdas, se buscarán otras víctimas silenciosas.Pág.59) y el narcisismo cada vez más salvaje de las nuevas generaciones, alentado por la aparición de las redes sociales, solo por mencionar algunos temas. La autora francesa es cruda al retratar a una diversa gama de personajes: un escritor liberal, una chica que tras abrazar el Islam descubre que es la hija de una conocida actriz porno muerta, una transexual, una madura mujer con problemas de afecto, un financista adicto a las drogas, entre otros. Quiere mostrar cómo piensan, cuál es su visión, cómo sus relaciones cada vez se han vuelto más virtuales que reales (Facebook señores, no es más que un síntoma). No se anda con remilgos, aunque se le pase la mano con un discurso feminista que suena impostado por ratos. Si tiene que retratar a un personaje que odia a los musulmanes, lo hace hablar sin caer en el ridículo al caricaturizarlo por exceso usando ornamentos superficiales.

Despentes ha escrito una novela sobre el desencanto y la frustración de toda una generación, aquella mayor a los 40 años que se vuelve obsoleta para una sociedad preocupada solo en el capital que uno es capaz de generar. Riqueza concentrada, desigualdad generalizada, una economía que te elimina y deshecha como elemento de la comunidad: una que anticipa tu muerte pues no te necesita más. (Hacen lo mismo con los perros que con los hombres: seleccionan, a todo el que intenta defenderse cuando lo acorralan, hay que eliminarlo, Pág. 295). Hay un pesimismo que parece justificado al observar el paso del siglo XX a este, marcado por el descontento y la desazón: un mundo sin ilusiones. Busquen esta novela, la primera de una trilogía que promete.


+Sobre la autora:
Virginie Despentes (Nancy, Francia, 1969) es novelista y directora de cine. Transgresora y provocadora, su mirada punzante sobre nuestra sociedad nunca está exenta de un toque de ironía. A los diecisiete años dejó el instituto y se marchó a vivir a Lyon, donde encontró empleo en una tienda de discos, colaboró en revistas musicales, cantó en un grupo de rap y trabajó en un peep-show. La popularidad le llegó con su primera novela, Fóllame (Reservoir Books, 1998), que fue llevada a la gran pantalla. Desde entonces ha publicado Perras sabias (Anagrama, 1998), Lo bueno de verdad (Anagrama, 2001, galardonada con el Prix de Florey llevada al cine por el prestigioso director Gilles Paquet-Brenner), Teen Spirit (2002), Bye-Bye Blondie (Pol.len, 2004) y Apocalypse bébé (2010), galardonada con el prestigioso Prix Renaudot. En 2006 publicó su ensayo autobiográfico Teoría King Kong (Melusina, 2007), donde se postula como una de las defensoras del posfeminismo. Con la trilogía Vernon Subutex, Despentes se reafirma como una voz imprescindible de las letras francesas.

(Una versión de este texto aparece en el portal Punto y Coma)




lunes, 20 de junio de 2016

"El año del verano que nunca llegó" de William Ospina

Literatura Random House. 2015. 304 páginas,

Desde hace tiempo quería escribir sobre este libro y no por muy buenas razones.  Adquirí el libro durante la Feria Internacional del Libro de Lima del año pasado motivado, más que nada, por la  interesante trama que anunciaba la contratapa de la novela. Y si bien las primeras páginas, con una llamativa introducción apoyada en curiosos datos históricos, las leí con ganas captando mi interés, éste fue diluyéndose de manera alarmante luego de la página 80 más o menos. Leí la novela en octubre, y si la terminé fue por mi vieja manía de acabar casi todo los libros que empiezo (manía que ya estoy empezando a dejar atrás por cierto). Volví a cogerlo hace un par de semanas, y al hojearlo, confirmé que no me había equivocado la primera vez: el alto precio pagado por la novela de Ospina no tiene justificación.

La calamitosa erupción del volcán Tambora en Indonesia, allá por el año 1815 sumió a la mitad del mundo en una completa oscuridad, teniendo implicancia directa en la reunión del 16 de junio de 1816 en  Villa Diodati, situada junto al lago Leman en Suiza,  de Lord Byron, John Polidori , Percy Brian Shelley y su esposa Mary Shelley.  Dicha reunión se extendió por tres días, que podrían ser considerados como “una sola, larga y tenebrosa noche”, en un ambiente cargado de nervios, misterio y miedo. Ello pasaría a ser una anécdota más sobre interesantes personalidades que por azar coinciden en un mismo lugar, de no ser porque probablemente, en esos días, hayan empezado a gestarse dos grandes mitos: el vampiro y la criatura de Frankenstein. Hasta allí se puede resumir la historia en la que buscaba profundizar Ospina, quien intenta partir de ello para establecer reflexiones sobre la relación entre la belleza y lo monstruoso, y el uso del género fantástico como medio para develar los traumas y los más profundos miedos humanos. O por lo menos parece que eso ambicionó en algún momento.

Los problemas empiezan cuando el colombiano busca alternar la historia antes mencionada con la suya.  Nos va narrando en una gran cantidad de pasajes, su obsesión por contar de una manera decente los sucesos de hace 200 años, forzando de manera insistente el establecimiento de  paralelos entre ambos contextos. Dichas referencias personales llenas de cursilerías no logran llamar la atención en ningún momento, provocando que el lector empiece a rogar que estas sean cada vez más breves, para retomar la historia principal que a partir de cierto tramo también (hacia la mitad del libro) , se empieza a notar repetitiva y tediosa. ¿Por qué añadir encuentros, viajes y conferencias si es que no se aporta nada a la historia principal? ¿Egocentrismo? ¿Por qué desviarse de una trama súper interesante para mostrar reflexiones banales  e innecesarias? ¿No hubiese quedado mejor el libro con menos páginas y si se seguía sólo por un solo camino en este caso? Esas y más preguntas son las que van surgiendo conforme se va avanzando con la lectura de este libro. Una muestra sobre cómo se puede echar a perder una buena historia. Decepcionante.


+ Sobre el autor:

William Ospina nació en Padua, Colombia, en 1954. En su carrera como poeta, ensayista y novelista, se ha hecho merecedor de diversos reconocimientos, como el Premio Nacional de Ensayo (1982), el Premio Nacional de Poesía (1992), el Premio de Ensayo Ezequiel Martínez Estrada de la Casa de las Américas (2003) y el Premio Rómulo Gallegos (2009).


(Una versión de este texto aparece en el portal Punto y Coma)