"These days there’s so much paper to fill, or digital paper to fill, that whoever writes the first few things gets cut and pasted. Whoever gets their opinion in first has all that power". Thom Yorke

"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra

"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet

"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki


lunes, 31 de julio de 2017

[Entrevista] Renato Cisneros:“Uno no solamente hereda las facciones de los padres y abuelos”

Renato Cisneros (Lima, 1976) es uno de los pocos escritores peruanos conocidos fuera del medio estrictamente literario. Tuvo un programa de rock en la radio por las mañanas mientras entrevistaba escritores en otro los domingos; condujo un noticiero en horario estelar con una rana de peluche al costado que se hizo igual de popular; publicó  su desastrosa vida amorosa en  un blog que recibía miles de visitas a diario de distintas partes del mundo y luego se volvió un libro ilustrado; ha sido columnista en distintos medios impresos , entre otras facetas más. Ya había publicado tres poemarios y dos novelas, cuando salió "La distancia que nos separa" (Planeta, 2015), uno de los libros más vendidos en los últimos años  (con sucesivas reimpresiones a nivel nacional y reediciones en distintos países de habla hispana, próximo a traducirse a otros idiomas) y una buena recepción crítica.Y dos años después, casado y esperando a su futura hija, vuelve a hurgar en sus secretos familiares con "Dejarás la tierra", un viaje de casi doscientos años en el que busca las claves de los Cisneros que lo precedieron. En esta entrevista pude conversar con él, sobre ese y otros temas.

“Se pide perdón, pero no permiso” dijo alguna vez en una charla el escritor chileno Alberto Fuguet, y en esta novela, al igual que en la anterior, indagas  en los secretos de tu familia lo cual significa siempre romper ciertas barreras tácitas ¿Cómo dejar atrás los pudores iniciales de revelar las historias ocultas de los ancestros? ¿Tiene que ver con la sensación de sentirse “elegido para contar una historia”, hurgando en aquello que ha permanecido oculto?

Cuando se escribe con morbo,la motivación es más chismográfica y vengativa y quizá cuesta más afrontar las consecuencias, no como cuando se hace desde  una urgencia interior más biológica que literaria donde las posibles malas lecturas que hagan ciertos familiares, no fastidian tanto.

Yo sé que con la novela de mi padre hay parientes que no se sienten cómodos porque quizá están desilusionados, pues esperaban otro tipo de libro y es por eso que siempre digo que lo peor que le puede pasar a una familia es tener un escritor entre sus filas, y que lo peor que le puede pasar a un escritor es escribir libros para que su parentela esté contenta.

Uno escribe más bien para conversar o dialogar con esos lectores que están más allá del cerco familiar.Cuando uno entiende eso, ya se asume la escritura con todo lo que venga. Uno tiene que ser bien consciente que publicar es un ejercicio que siempre trae consecuencias : críticas, ignorancia, pasar desapercibido, ser muy leído o no, gente que le gusta cómo escribes, gente que no le gusta cómo escribes, etc. Tienes que aprender a lidiar con toda esa ola de reacciones. Cuando uno envejece, va aceptando más esas cosas.

 El origen del apellido “Cisneros” nace como un episodio de amor enmarcado en lo ilegal, enfrentando las  reglas establecidas de la institución católica y la cucufatería social. ¿Cuánto daño hizo el conservadurismo extremo e hipócrita de esa época a la gente que quería ser libre de elegir a quien amar? ¿Cómo se subvierte eso en nuestros días ?

Empiezo por lo segundo porque ambas preguntas están atadas. Creo que la única  forma de subvertir esa larga y pesada tradición conservadora de ,por ejemplo, no hablar de los que nos molesta o  puede afectar la tranquilidad emocional de una familia, se subvierte problematizando esos temas: conversándolos, poniéndolos sobre el tapete y no contarlo como simples anécdotas pintorescas del pasado, sino tratando de dimensionar el drama que debe haber implicado para quienes no fueron reconocidos como hijos en su momento.
Actualmente miles de peruanos también viven con un apellido que no les corresponde, no son reconocidos por su familia o son rechazados o marginados. Todo eso sigue ocurriendo. 
En la novela es un episodio del siglo XIX, pero hoy en día también hay sacerdotes que seguramente tienen vidas paralelas. Somos una sociedad en que este tipo de conservadurismos y de prácticas son reiterativas por un lado y tóxicas por otro. Sin ser muy psicológico, yo siempre he pensado que los traumas que una familia arrastra y no son debidamente conversados terminan siempre afectando la vida que viene.

Escribir es como conjurar cierto maleficio; tratar de romper una cadena de patrones. Y es por eso que cuento esto. No lo cuento por afectar, molestar a ciertas personas como te decía al principio, sino porque me interesa que hoy la gente ponga más en tela de juicio sus relatos familiares, problematice el asunto de la identidad y hable de las cosas que hace 50 años no se hablaba.



Hoy, por ejemplo, hay una consciencia sobre nuestras raíces::el tema de la "choledad"que ya lo había empezado a tratar Jorge Bruce desde el psicoanálisis, y que desde la crónica periodística lo retoma Marco Avilés. Hace 50 años nadie se planteaba esas cosas. Nadie hablaba de las minorías sexuales, del rol de la mujer en la sociedad y creo que la identidad es un tema que también se inscribe dentro de esos temas que hoy se han vuelto urgentes; hemos resuelto problemas que en su momento fueron más urgentes y ahora esos son los temas que nos convocan también. A mí, el tema de la identidad me apasiona, me interesa y creo que esta novela si trata de algo, más allá del destino, de la herencia y de los secretos que son contados,es la identidad.

Con respecto a ese tema, en tu poemario escribiste una vez: “Tengo una pedrada tuya alojada en algún lugar de mi pasado” (Álbum del Universo Bakterial, 2007) y en tu último libro los personajes intentan comenzar de nuevo, muchas más veces de lo que quisieran. Comienzan en Huánuco con Nicolasa y el cura Cartagena,  para luego pasar a Lima, Londres o París como el ilustre Luis Benjamin Cisneros, buscando  siempre dejar atrás el pasado de forma infructuosa. ¿Cómo ves esta configuración familiar en tu vida literaria?

Ese verso escuchado ahora tiene algo de profético porque parece anunciar una preocupación literaria respecto del pasado y del dolor. Por un lado sí siento que varias de las cosas que escribo, sobre todo en los dos últimos libros “La distancia que nos separa” y “Dejarás la tierra”, hay permanentes preguntas sobre cómo el pasado interviene en el presente y sobre cómo uno se construye no solamente en función de lo que es, sino en la historia y la prehistoria que lo acompaña.

Uno no solamente hereda las facciones de los padres y abuelos. También heredas algunas otras cosas y por eso para mí la literatura es exploración y sospecho que en las novelas que pueda escribir seguramente aparecerán nuevos intereses, pero en el fondo a veces los autores escriben sobre un solo tema que van optando diferentes formas. A mí la preocupación por el pasado siempre ha estado ahí latiendo en mis poemas, en mis primeros libros y supongo que estoy un poco condenado a seguir averiguando por el pasado ya no solo de mi familia, sino del país. De hecho no sé si se vaya a convertir en una novela, pero tengo una fijación con el año 2000. Con lo que pasó ese año, con lo que viví yo trabajando en el congreso de la República, al servicio de una congresista del fujimorismo, mientras marchaba en contra de ello.Me  va a tocar empezar a revisar ese pasado más o menos reciente que nos dejó unas lecciones que todavía no hemos aprendido. Hoy volvemos a hablar de corrupción, de audioy  vídeos.

Y ahora que  lo pienso no solamente es una especie de estigma personal, sino que creo que el Perú tiene una herida enorme con su pasado. Ya la conquista nos hacía pensar que veníamos de una sociedad previamente fracturada. Está esa lucha fratricida de los dos hermanos, Huáscar y Atahualpa. De ahí viene el Perú. Nuestra cultura, nuestra sensibilidad, tiene que ver con una pugna entre hermanos. ¿Cómo no escribir una novela familiar en un país  que nace con una división familiar? Con la independencia pasa algo parecido. No toda la gente quería independizarse. Había peruanos que estaban convencidos del proyecto independentista y otros que no. El Perú en sí mismo es un país  donde el que el pasado no debe ser únicamente fuente de inspiración para homenajes. Ahora que hablamos del Bicentenario, no solamente hay que recuperar los momentos que definieron al Perú como República, que fueron gloriosos y triunfales, sino también hablar sobre estas heridas que arrastramos y que vemos que están todo el tiempo actualizándose en nuestros debates y en el tipo de confrontaciones y tensiones que vamos teniendo todo el tiempo.

Algo que noté en "Dejarás la tierra", es la recuperación del  humor  y la ironía de tus primeros libros al momento de abordar ciertos personajes históricos como Ramón Castilla o Simón Bolívar, quien era más déspota de los que nos venden...

Y es real. Las cartas de Bolívar tenían un tono sumamente despótico con respecto a los peruanos. Habla de los peruanos de una manera que nos convendría leer porque Bolívar está como el santificado. Es un personaje importante de la historia republicana, pero en sus en sus cartas hay referencias bastante denigratorias con los peruanos.Me interesa contar eso.

¿Y qué opinas sobre el humor como una forma de indagar en esos episodios que marcaron nuestra historia? 

Hay dos cosas. Por un lado, para mí es importante tomar muy en serio el hecho de la identidad. Esa primera generación de hombres de mi familia que eran hijos negados. Cuando yo lo he contado siempre la gente reacciona como si fuera un chiste. A veces en nuestra familia oímos “sí pues, teníamos este abuelo que tenía dos matrimonios”.Se cuenta casi como una cosa pintoresca de la que uno se tiene que reír.

Por un lado puede sonar a chiste, pero no lo es. Sin embargo,  yo siempre he pensado que las novelas esconden en su anécdota central, un tono que debe imperar en el relato del conjunto. Cada vez que yo contaba por ahí a alguien que mi tatarabuelo era un cura, la gente se reía. Entonces eso me hizo pensar que el tono de la novela debería ser siendo serio, melodramático y tratando que sea una novela emotiva y que haya momentos algo paródicos porque también eso ayuda a desmitificar a los hombres públicos.

Para mí es importante desmitificar la historia que nos han contado tanto la privada como la nacional y si para eso el humor es un recurso. entonces bienvenido el humor. Ahora que vivo en España., noto que  la gente se ríe mucho de sí misma. No se ríe tanto del otro. El humor peruano está construido sobre la humillación del que está al costado. Nuestras chapas las ponemos en función del defecto del otro. Ahí no deja de haber algo bien llamativo que es cómo necesitamos todo el tiempo burlarnos ,como compadeciéndonos de nosotros mismos. Nuestro humor es dramático en ese sentido porque siempre se está fijando en el traspié, en la falla, en el error, en el defecto y quizá porque ahí estamos más hermanados; en los problemas,cuando nos va mal. Pero cuando todo nos va bien nos volvemos frívolos, idiotas, agresivos. Cuando todo nos va mal, pienso en los 80´s o 70´s, nos volvemos más hermanados. Es bien interesante eso.

En cuanto a la poesía, aparece como ya mencioné, Luis Benjamín Cisneros, nombrado el poeta mayor del Perú a fines del siglo XIX. 

Sí, el primer poeta coronado. En ese momento me pareció increíble porque uno de chico escucha esas cosas y no las dimensiona, pues ni siquiera llegó a ser una tradición el colocar los laureles a un poeta. Se había hecho en España con Zorrilla, y aquí, en ese momento, existió la iniciativa de hacerlo con mi bisabuelo porque tuvo una obra importante dentro de la poesía romántica importante y fue el primer poeta coronado con laureles.

Y tu bisabuelo me lleva a preguntarte qué  lugar ocupa la poesía en ti hoy en día. ¿Qué similitudes y diferencias encuentras en el sentir de Luis Benjamín ,a través de lo que has leído y escrito sobre él?

He dejado de escribir pero no de leer poesía. Quiero creer que en las novelas que escribo hay por ahí destellos de esa voz lírica que en su momento me llevó a escribir muchos poemas y publicar tres poemarios. Pero no es que hoy tenga un proyecto editorial dedicado a la poesía. La leo, pero ya no la escribo. ¿Por qué? Nunca sé muy bien qué responder.

Con respecto a las similitudes y diferencias. Luis Benjamín era un personaje de esa primera generación de hombres de la república, jóvenes que se forjaron pocos años después de la independencia. Él nace en 1837. Es una generación de hombres muy patriótica que siente que en sus poemas y en sus textos, tienen que ensalzar a la patria. Sus preocupaciones no son las mías ni  las de mi generación. Luego escribe la que se ha considerado por algunos académicos como la primera novela que aparece en el Perú : “Julia”. Ahí sí cuenta historias sentimentales que yo no puedo evitar asociar con su propio dilema sentimental. Él nunca habla de su padre en sus poemas ni en sus novelas. Yo ya hablo de mi padre hasta el exceso probablemente (risas).

En general, hay una sensibilidad parecida. Somos hombres sensibles, hombres que escribimos. Quizá en su caso, como en todos los hombres de su tiempo, encontraba en la literatura una  manera de sublimar ciertas heridas privadas, para no referirse a ellas de manera muy literal y muy directa. Yo creo que me he ido al otro lado cuando pienso  por qué de un tiempo a esta parte escribo con un nivel de impudicia que otros me reprochan. Desde el blog ("Busco novia) donde hablaba de mi soltería, hasta mis columnas donde hablo de mi hija o en estas novelas donde hablo de mi familia. A veces pienso que es una suerte de contrapeso a la tradición de silencio que hay en mi familia. De hombres herméticos y callados y que cuando escribían no lo hacían de sus heridas reales, sino inventaban ficciones para tener que hablar de los dolores que más los sofocaban.

Y hablando de inventar ficciones, en una parte narras  que  veías de manera extraña el " orgullo Cisneros”, casi como una manera de posicionarse  forzadamente sobre los demás

Justo le comentaba a alguien que en el Perú hay una especie de obsesión o fijación con la nobleza o hidalguía. Esto es una especie de herencia traumática de la conquista. Tendemos a hablar de nuestro apellido y de nuestras familisa en función de la presencia de un miembro importante o personaje que participó en nuestra historia.

Nunca hablamos de los personajes marginados, de los enfermos, de los tullidos, de los que fueron encarcelados o de los que fueron delincuentes. Por eso quizá novela cuestiona esa tradición. La idea es romper con ese silencio, no solamente en el caso de mi árbol genealógico, sino que los propios lectores pongan en tela de juicio los relatos de sus familias y rompan ciertos silencios que quizá no lo saben todavía y que han ido determinado el carácter de sus familias.

(Esta entrevista aparece en el portal web "Punto y Coma"

domingo, 30 de julio de 2017

[Entrevista] Luis Noriega: "Hay que examinar más el humor de Borges"

El año pasado Colombia fue el invitado de honor de la Feria Internacional del Libro de Lima, y entre los libros que trajeron por dicho motivo, estaba "Razones para desconfiar de sus vecinos" (Literatura Random House, 2016). Debo reconocer que solo me guié de su portada y la breve sinopsis para llevarlo en lo que fue casi, una apuesta a ciegas. Tiempo después me enteré que ganó el Premio Internacional de Cuento Gabriel García Marquéz, por lo cual me acordé que el libro estaba en algún rincón de mi casa y me puse a leerlo, concluyendo que  premio estaba bien merecido, tal como detallé en mi reseña de la semana pasada. Aprovechando su presencia en nuestra capital con motivo de la FIL Lima 2017, pude conversar sobre ese y otros temas:

“La ociosidad es la madre de todos los males”, dice un popular refrán que se podría aplicar a tus personajes, que parecen estar aburridos al no poder concretar ninguna de sus metas-. ¿Es posible que dicho tedio sea un posible desencadenante del delito como pasa en algunos de tus relatos?

Bueno,sí. Eso lo dicen algunos y de hecho hay un cuento en el que lo trato explícitamente, que es El problema de Randy . El personaje trata de diferenciar entre la violencia gratuita de los europeos donde la gente mata por estar aburrido(obviamente  una exageración del personaje)  y la forma como se mata en Latinoamérica, donde sí hay una razón para hacerlo . Y  él está en ese vaivén de ceder a la seducción del crimen.
Aunque debo decir también, que el tedio es también la madre de muchas virtudes. Gran parte de la ociosidad nos permite ser creativos y dar espacio a la imaginación. El exceso de tiempo libre es lo que hace que el cerebro se invente cosas muchas veces.

Algunos  de tus personajes se encuentran además frustrados y  casi condenados a fracasar de forma constante, sobre todo porque no cumplen con ciertas expectativas externas, como los profesores angustiados al no poder ser los famosos escritores que anhelan. 

La insatisfacción es una constante en muchos personajes tanto de los cuentos como de las novelas. Es un motor importante para la narración. Es decir,  un personaje que está contento consigo mismo no es un personaje interesante. Hay que buscarles una historia a esos personajes insatisfechos, ya sea porque esa insatisfacción los lleva a intentar cambiar y ,a veces, a fracasar en ese intento de modificar su situación.U ocurre que  esa insatisfacción los hace susceptibles  a que el cambio venga de afuera y los afecte.Es un tipo de personaje que me gusta y con el que he trabajado de diferentes maneras en todos mis cuentos.

En La doce leyes del éxito,uno de mis cuentos favoritos del volumen, satirizas los mantras de la autoayuda y sus pregones que venden "una forma de ser o vivir" , pero también porque haces un ejercicio medio borgeano en el que se legitima de lo falso, en lo que podría ser un delito en circunstancias reales.¿Hay forma que se pueda extrapolar ello a otros aspectos sociales?

Gran parte de lo que tenemos en el mundo de la cultura y de las redes sociales es en parte una impostura. Es decir, creamos personajes a los cuales queremos parecernos queriendo dar la mejor versión de nosotros mismos, Y dependiendo de la suerte de cada quien, se puede ser más fiel o menos fiel a ese personaje que uno se inventa. En el caso específico de este cuento es obvio que el personaje es eso: un tipo que está perdido y desempleado, y termina descubriendo que esa farsa es una forma de ganarse la vida.

En Salinger y Parte de la religión hay una mirada cómica y critica a la obsesión de algunos escritores por los premios literarios como una forma de salvación y reconocimiento, lo que me lleva a preguntarte: ¿Cómo asumiste el premio de cuento García Márquez que ganaste el año pasado?

Ese premio me cayó como una sorpresa. No lo esperaba. Estaba convencido que no iba a gana porque estaban escritos estos cuentos sobre el problema de la autenticidad del escritor. Salinger  es otra forma de mirar el problema de los escritores que decidimos escribir no por la fama, no por el dinero que se pueda ganar, sino porque es algo importante y vital. Escribimos así no podamos publicar. En dicho cuento en específico ,  el protagonista es alguien que  no tiene estas teorías, y cuando se gana un premio lo primero que quiere es que todo el mundo lo sepa, porque si nadie lo sabe entonces va a seguir siendo un tipo anónimo y frustrado,  y entonces realiza un esfuerzo desesperado para que  sus compañeros de trabajo y  alumnos, se den cuento que él es famoso, él es alguien. Hice una burla específica a esas ambiciones cuando llega la fama.

Para mi fortuna (o desgracia), el premio salió en los periódicos y todo el mundo supo que me había ganado el premio. Y  creo que no me ha cambiado la percepción que tengo de la literatura y el oficio. Sigo siendo muy enredado, muy artesanal en lo que hago, y me pasa como en esta entrevista,  que cuando tengo que hablar de  estas cosas, me siento un poco farsante, y tengo que hacer un esfuerzo por ponerme en un papel en el que no me siento cómodo ya que esto me cayó de repente como te dije. (risas).

¿El primer cuento, que presta su título al libro,  puede ser una alegoría de como nuestras relaciones se están rompiendo y desgastando en esta época de  hiperconectividad en el que sin embargo no sabemos qué es lo que pasa con la persona que está a nuestro lado?

Este cuento fue uno de los primeros que yo escribí estando en España. Para mí el gran problema de la desconfianza era sobre cómo vivíamos en las grandes ciudades de Colombia, en Bogota específicamente, o Caramanga donde yo crecí. Y es que el extraño que se aparece en la calle, es un enemigo en potencia, alguien de quien siempre parece estarse desconfiando.Del extraño hay que desconfiar por principio. Y cuando fui a vivir a Europa descubrí que esa no era la regla. Allá en el extraño se confía hasta que haya razones para desconfiar. Entonces ese cuento fue uno de los primeros ejercicios por hacer un humor mucho más ligero. De no hacer ese sarcasmo doloroso de los personajes de mis cuentos de “Mata y Paga” , narrando una desconfianza que llevaba a lo absurdo. Todos desconfían de todos por razones diferentes, y cuando no hay razones para desconfiar, se las inventan.  Hay una estructura muy juguetona donde los vecinos desconfían del que está debajo de ellos y confían en el que está por encima, sin ninguna razón lógica sin esforzarse por conocerse los unos a los otros.Es una parodia de todo esto.  Pienso que en la vida cotidiana de nuestras sociedades esto es un problema, un drama.

Dicen que es más difícil hacer reír que hacer llorar y tus relatos tienen grandes dosis de un humor lúcido y que llevan una crítica entre líneas. ¿Qué autores fueron referenciales para dicha vertiente humorística?

Me gusta el tipo de humor de Borges. Es un autor al que no se le acaba de reconocer cuánta ironía y cuánto humor hay en sus relatos. Hay que examinarlo más, porque es un autor muy sutil. Ya quisiera ser yo así (risas). Otros autor latinoamericano que he tomado como referencia es Bryce Echenique y específicamente el de “La vida exagerada de Martín Romaña” ,una de mis novelas preferidas.

Entre mis autores preferidos de toda la vida destaca Kurt Vonnegut. Es un autor que manejaba un humor muy especial,porque lo combinaba con la ciencia ficción, siendo esta última muy específica e idiosincrática. En cuanto a lo que  he leído más recientemente, está David Sedaris Es una autor norteamericano que podría ser el modelo de algunas crónicas que he escrito y que no circulan en libros, sino solo entre amigos por ahora (risas).

Transcripción: Alejandro Alva

(Este texto fue publicado en el portal web "Punto y Coma")

lunes, 24 de julio de 2017

[Entrevista] Jennifer Thorndike: “Ninguna situación de violencia debe ocultarse o callarse.”


La primera vez que leí a Jennifer Thorndike fue el 13 de agosto del 2013 según tengo registrado en Goodreads, mucho antes de conocerla. Recuerdo que saqué la primera edición de "[Ella]" de la biblioteca del Centro Cultural de España, saliendo de la universidad, animado por algunos comentarios que vi en la web. Cogí el libro antes de cenar y no pude soltarlo toda la noche.Ni comí porque lo leí de un tirón. Era un libro distinto dentro de la narrativa peruana contemporánea , y lo digo en el mejor de los sentidos, pues era una propuesta donde se exponía una historia claustrofóbica, con temas crudos y una protagonista ahogada por las circunstancias que le tocaron vivir. Atrapada y sin posibilidad de rehacer su vida. No es fácil desacralizar una relación maternal y menos, redoblar la apuesta como lo hizo en su siguiente novela "Esa muerte existe" (Literatura Random House, 2016). Aprovechando la necesaria reedición de esa primera novela que leí, gracias al sello DEBOLS!LLO, conversamos sobre distintos temas en la siguiente entrevista:

En tu obra encuentro un elemento que se manifiesta de manera constante: la competencia desmedida, que lleva a los personajes a actuar de forma extrema y cruel. Todos sufren una sociedad que los excluye y margina volviéndolos meros objetos prescindibles ¿Nos estamos volviendo conscientes del lado más oscuro y peligroso de este contexto?

Es muy común que la gente que no se adapta a ciertos moldes sea excluida, sobre todo, del marco social. La exposición de la intimidad en las redes ha incrementado esta competencia. Obviamente, esta ya existía desde que se inventó el neoliberalismo, pero que se ha vuelto más obsesiva porque estamos en un constante estado de vigilancia y también nos comportamos como observadores y opinadores de todo. En mis novelas estos personaje excluidos, de pronto también somos todos. ¿Por qué? Porque de alguna manera nosotros también sentimos abandono, odio, temor, tristeza, rabia, competencia, pero es nuestro lado B. Es el lado que no mostramos y que queremos negar que tenemos. 


Las dos principales relaciones tormentosas que aparecen en tus novelas se dan a nivel maternal ( en "[Ella]") y fraternal (en "Esa muerte existe" ). Si bien cada vez más se habla sobre la violencia machista, ¿qué tanto se aborda la ejercida por mujeres contra sus congéneres, tanto en la literatura como en el mundo académico?¿qué particularidades encuentras en este tipo de abuso?

A mí me parece vital hablar de las relaciones de abuso entre mujeres porque las mujeres las vivimos cada día. Y con esto no niego que es obvio que el machismo es más común y está más generalizado, pero no hay que negar que la competencia entre mujeres es feroz. O que existen madres manipuladoras que se parecen a la de mi novela o hermanas que se hacen daño porque han crecido en un ambiente tóxico que no les ha permitido crear otro tipo de vínculos. Las relaciones humanas no son perfectas. Si se habla del machismo, me parece perfecto. Pero todos deberíamos pensar que existen relaciones abusivas en donde la victimarias son mujeres. Ninguna situación de violencia debe ocultarse o callarse.

Y un tipo de violencia muy latente en tu novela es la psicológica, capaz incluso de alterar el estado fisiológico de las víctimas, como el de la hija en “Ella” , deteniendo su capacidad reproductiva y anulando su deseo sexual. ¿cómo se dio el proceso de investigación y documentación para mostrar esto de manera tan impactante?

La violencia está en todas partes. Vivimos en un constante estado de alteración, hay demasiados estímulos, un sin fin de opiniones, cientos de personas queriendo lo mismo que tú y peleando por ser mejor a cualquier precio. Y luego está la violencia que provocamos contra nosotros mismos y los demás. La violencia psicológica es dura porque puede alterar la forma cómo te comportas, cómo te sientes, si tienes ganas de levantarte de la cama o de quedarte ahí porque te sientes mal. El cuerpo reacciona, el cuerpo se resiente y se altera. Desde envejecer hasta engordar, o perder pelo o perder la menstruación como en la novela. El cuerpo es lo que somos y reacciona ante lo que sentimos.


“Si yo hubiera tenido las mismas oportunidades, hubiera llegado a ser alguien. Pero no las tuve.” (pág. 65) Esas líneas me parecen una crítica al optimismo sin sustento que se deriva del sistema económico, el cual termina siendo nocivo y dañino, por la gente que termina siendo aplastada y marginada. Una manera de desmontar la “ficción oficial” que nos quieren imponer como decía Piglia. 

A mí me interesa la economía, me interesa la lógica de la competencia voraz en la que nos hemos criado y cómo eso altera nuestras relaciones. Tenemos que ser mejores a cualquier precio. Cuando la hija habla de que no tuvo ninguna oportunidad, lo dice porque su familia la ve como una débil mental y una fracasada. Obviamente le molesta porque sabe que no lo es y es incapaz de demostrarlo. Eso es lo que nos ha enseñado el neoliberalismo: que tenemos que demostrar que somos alguien y ni siquiera demostrándolo es suficiente porque siempre se nos exige más y más. Es destructivo y mis personajes, más en "Esa muerte existe", se destruyen a otros y a sí mismos por esto.

Un cuento tuyo que me gustó mucho y se encuentra en "Antifaces", es Sobrevivientes, el cual me hizo recordar la ferocidad con la cual se ataca y calumnia en redes sociales. ¿Se está alterando nuestra forma de relacionarnos, o es que siempre fuimos así y las redes virtuales son la vía que encontramos para canalizarlo?

Creo que siempre fuimos así, pero ahora se tiene el medio para decir lo felices que estamos, lo bien que la pasamos y cuánto triunfamos aunque nuestro mundo esté en ruinas. De eso habla el cuento. Es casi una obligación autoimpuesta. Y muy tonta, por cierto.

El control que se ejerce sobre el cuerpo, mediante la tortura física o su mercantilización, como muestras de muy buena manera en En esa muerte existe, no es un tema que en lo cotidiano se discuta de la manera que debería, a pesar que está muy enquistada en nuestra sociedad a través de los cánones de belleza a los que uno es bombardeado a diario, por ejemplo, etiquetando como “deforme” a quien no se alinea. ¿Hay manera de resistir este sometimiento del que somos víctimas y victimarios? ¿Cuáles son los verdaderos “monstruos” de nuestro día a día?

Hay maneras de combatirlo, pero es difícil. Creo que primero habría que pensar, obviamente, que la belleza no debería ser una medida para las mujeres. Yo estoy en contra de esas campañas que dicen que “todas son hermosas” porque se sigue pensando que las mujeres tenemos la obligación de ser bellas. Lo que hay que intentar es estar contento con uno mismo, aprender a quererse. Por qué voy a maquillarme, por qué voy a odiar mi cuerpo, por qué me voy a sentir fea, por qué tengo que ser de una manera determinada para sentirme bien. No es fácil, lo repito, para mí nunca ha sido fácil. Una vez posteé una foto mía en Facebook en que salía medio desnuda, aunque no se veía nada. Pero para mí lo importante era el mensaje: he cumplido 30 y por fin comienzo a sentirme cómoda con mi cuerpo. Es en parte verdad, pero es una lucha diaria. El monstruo es la violencia de cualquier tipo, siempre seguirá siéndolo. La violencia genera miedo, silencio, dolor, culpa, muerte. Y parece imparable. 

Finalmente, y para cambiar un poco el tono ¿Qué nos puedes contar sobre tus aficiones, como lectora de distopías y gamer ? ¿Cómo influyen en tu narrativa y tu investigación académica?

Soy una friki total. Las distopías me gustan porque se muestra hasta dónde es capaz de llegar el ser humano con tal de sobrevivir en situaciones extremas. Eso está en mis novelas. Estar en una situación así puede llevar a maneras muy ingeniosas de continuar viviendo, pero también a las maneras más violentas y crueles. De los videojuegos yo rescato la atmósfera, la intensidad, el no tener descanso. Me gusta esa sensación de ahogo que te produce no saber qué te vas a encontrar al abrir una puerta o cuando te encuentras con alguien en quien no sabes si vas a poder confiar. Ese ritmo frenético y sin descanso es lo que quiero que tenga todo lo que escribo. Hay escenas que he tomado de videojuegos para mis novelas. En [Ella] hay una referencia al Silent Hill 4 - The Room. No he tenido la suerte de jugar tantos juegos de rol, pero lo que me fascinaba de ellos era la creatividad que había que usar para salir de situaciones inesperadas. Todo me influye, todo está ahí presente cuando escribo. Y si hay algo que me alegra es poder tomar elementos de lo pop, de lo friki y de mis lecturas académicas sobre teoría política y filosofía para escribir. El resultado es un proyecto en construcción que tiene mucho camino por recorrer. Pero me queda la satisfacción que traté y estoy tratando de hacer algo diferente.

 (Esta entrevista se publicó originalmente en el portal web "Punto y Coma")


jueves, 20 de julio de 2017

“Razones para desconfiar de sus vecinos” de Luis Noriega

Literatura Random House. 312 pp. S/.59

No es fácil generar risas en la literatura. Por lo general, cuando un narrador quiere mostrar cuotas de humor en sus novelas o cuentos, corre el peligro de terminar causando bostezos o generar una incómoda molestia. Muchos autores peruanos por ejemplo, creen que llenando  sus páginas de lisuras o jergas de hace tres o cuatro décadas, provocarán las sonrisas de sus lectores. A ellos les recomendaría, este volumen del autor colombiano Luis Noriega (Cali, 1972), ganador del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez 2016.

“Razones para desconfiar de sus vecinos” está compuesto por once cuentos, la mayoría extensos para el promedio latinoamericano, en los  que el común denominador es el cumplimiento de un  viejo dicho popular: la ociosidad es la madre de todos los vicios. Los protagonistas de este libro, están en su mayor parte, cansados de la vida que llevan. Ninguno ha logrado sus aspiraciones iniciales o simplemente no las han tenido. Algunos dan la sensación de haberse abandonado, esperando un golpe de suerte que cambie el rumbo de sus vidas (y que los que los rodean tomen lo noten cuando pase). Es lo que sucede en el notable Salinger¸ donde un profesor apodado como el enigmático escritor estadounidense, logra el ansiado premio literario que lo haría resaltar por fin entre sus colegas y su alumnado, y sin embargo, corren las horas y el mundo sigue igual de gris y monótono para él. Se ansía la revancha, más que la gloria en sí. En El problema de Randy, segundo relato del libro, el problema del protagonista es la inacción frente a la posibilidad de cometer o no un asesinato, luego de tomar consciencia que uno de los mayores miedos del hombre actual no es la muerte corporal, sino el aburrimiento. ¿Cómo lidiar con la apatía y el desgano? Cometiendo un crimen, resuelve el protagonista, o acercándose lo más posible a ese momento como en Parte de la religión. Eso o seguir lidiando con una suegra como la que aparece en Cómo perder la fe y ver los anhelos de uno desaparecer una y otra vez.

Las doce leyes del éxito es un cuento en el que además de las divertidas escenas con las que Noriega satiriza los “mantras” de los manuales de autoayuda mediante las peripecias que le suceden a Jaime, el protagonista,  durante un viaje a Colombia, hay una más que interesante exploración de la legitimación del plagio en la que el farsante alcanza un reconocimiento desde fuera del ámbito oficial. ¿Es o no es delito pasar como falso algo que no existe originalmente? ¿No es más franco y frontal ese mundo ilegal, que el oficializado e hipócrita que se muestra en Et in Arcadia ego, relato de burla implacable al mundillo de escritores latinoamericanos?

El cuento que presta su nombre al libro, no es el mejor de los que están incluidos, pero es una síntesis de la propuesta de Noriega: combinar un lúcido humor negro con un provocador acercamiento, nada solemne, a la violencia cotidiana que puede generar el aislamiento cada vez más patente, en nuestra aldea global supuestamente más “conectada” entre sí, añadiendole a ello la frustración de no cumplir con las expectativas que se espera de uno y terminar quedándose con la sensación de estar  atrapado en una inercia infinita. Vale la pena darse un tiempo para estas historias.

+ Sobre el autor:

Escritor. Ha publicado tres novelas: Iménez, ganadora del Premio UPC de Ciencia Ficción en 1999; Donde mueren los payasos (2013) y Mediocristán es un país tranquilo (2014). Su libro más reciente, la colección de cuentos Razones para desconfiar de sus vecinos, ganó en 2016 el Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, uno de los galardones internacionales más importantes del género.












(Se publicó una versión de este texto en el portal web "Punto y Coma")