La sangre de la aurora fue su primera novela (Lima: Animal de invierno, Julio 2013)
"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra
"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet
"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki
lunes, 26 de septiembre de 2016
"La sangre de la aurora" de Claudia Salazar
La sangre de la aurora fue su primera novela (Lima: Animal de invierno, Julio 2013)
lunes, 1 de agosto de 2016
Entrevista a Manuel Fernández:“Mi intención fue tener una idea más clara de la sociedad a partir de la lingüística”
El poeta peruano Manuel Fernández presentó su libro Procesos Autónomos en la Feria Internacional del Libro Lima 2016. Punto y Coma pudo entrevistarlo y conocer más sobre su obra y distintas apreciaciones.
¿Cómo interpretas esto como parte de un proyecto narrativo? Porque se enlaza con La marcha del polenen cuanto un camino que comienza con la épica, la construcción de una ciudad entre marchas, protestas, sindicatos, mientras que en Procesos autónomos ya está una ciudad erigida pero de forma caótica. Es un manifiesto sobre el caos. Hay un poema sobre la ciudad de Lima, en el cual todas las clases convergen y luchan entre ellas. Todo lo que te he dicho, ¿es parte de un mismo proyecto o es algo completamente distinto?
No es radicalmente distinto, ahora lo puedo ver como un proyecto. Cuando empecé a escribir si tuve la intención de que se formase una unidad pero desde que apareció Octubre, me quedó la impresión de que podía seguir explicando una realidad, no sé si desde una cámara que se acerca o una que se aleja para obtener un plano más grande de la realidad política o socioeconómica, que son los temas que me han interesado en estos 20 o 15 años en los que estoy abocado a esto. Podría decirse que es un proyecto porque se puede entender este libro como una unidad con los dos anteriores. Lo que yo espero emanar a todos es cierta concepción de la estructura del libro. El lenguaje sí ha ido cambiando un poco desde Octubre hasta ahora.
Percibo que en Procesos Autónomos se trata de ir en contra de cierta parte de la academia, interesada en temas que no tienen implicancia directa con la sociedad. Recuerdo haber leído ciertos versos donde se crítica que la academia investiga sobre temas bonitos pero sin impacto.
Sí, de hecho yo, como mucha gente metida en la literatura, pasé por una facultad de humanidades. Mi intención fue tener una idea más clara de la sociedad a partir de la lingüística, del uso del lenguaje. Cuando uno entra a una universidad peruana encuentra que no hay nada más ajeno a la sociedad que una facultad de humanidades. El libro es una reacción a esa situación, una especie de puya, una muestra de disconformidad de que esa sea la realidad de nuestra academia. Cuando uno va terminando el libro, se encuentra con que sí es necesario tener una academia o gente dedicada a eso. A mí lo que me interesa de la poesía es que sea capaz de explicarle algo al lector sobre alguna cosa que me esté pasando
Veo que la portada está relacionada a lo escrito en el último poema, que es el ataque a la autoridad, representada específicamente en el episodio de La Parada pero que se puede expandir a toda la sociedad peruana; esa sensación de rebeldía ¿Es una rebeldía hacía una autoridad estatal, un poder económico? ¿Es ambos? ¿Es visible o es un ente de mil cabezas conforme ha avanzado el capitalismo estos últimos años?
Todas las sociedades tienen una tensión entre los individuos y la autoridad. Es necesario que haya dicha tensión porque enriquece, porque es parte del mismo ejercicio ciudadano. El problema del Perú es que esas tensiones no tienen canales formales para liberarse y por eso se recurre a la violencia sin sentido, sin revolución. Como ocurrió en La Parada, paradójicamente contra una gestión de un partido de izquierda. En esas circunstancias son en las que estamos viviendo. Eso también está plasmado en el libro.
Ahora que mencionas a la izquierda. Lo que sorprende es la falta de institucionalidad en sus partidos, las dificultades que tienen para ponerse de acuerdo ¿Cuánto de esto representa tu visión política? ¿Crees que esto pueda cambiar a mediano plazo?
No sé si cambie a mediano plazo. No lo puedo predecir, los que predicen este tipo de cosas son los sociólogos y siempre lo hacen mal. Lo único que tengo claro es que en algún momento tuvimos un gobierno de izquierda y una Municipalidad de Lima de izquierda y los resultados fueron desastrosos. A mí, que he sido formado en una familia de izquierda, me genera cierta incomodidad. Siento que ha habido una traición a ciertos ideales, a ciertos objetivos, a la posibilidad de representar realmente a los grupos más relegados de nuestra sociedad. No es una crítica contra la izquierda, sigo creyendo en esos ideales. Es una crítica contra la forma que ciertos partidos han gestionado.
¿Vas a seguir construyendo en base a esta narrativa mencionada: Octubre, La marcha del polen, Procesos autónomos o quieres empezar algo nuevo?
Todo el mundo me pregunta eso. No sé si es un mensaje de advertencia sobre una monotonía. En lo particular, esas cosas todavía no las tengo muy claras. No he pensado todavía en lo que viene. Tal vez esté pensando en desmantelar esta forma de escribir para componer una nueva.
¿Qué poemarios te han sorprendido? ¿Cuáles recomendarías?
Hay un par de textos de Mateo Díaz Choza que son buenos: Avenida Palomo, que incluso es anterior al Libro de la enfermedad, que me dio una sorpresa muy grata. MP3, de Roberto Valdivia y en general la poesía de la gente Sub 25, le tengo mucha fe a la poesía joven.
Entrevista a cargo de Sebastián Uribe
Transcripción de Paul Montjoy F
domingo, 31 de julio de 2016
Entrevista a Alejandra Costamagna:“Me gusta trabajar con los intersticios, lo que corre bajo la superficie”
La destacada escritora chilena Alejandra Costamagna presentó el jueves 28 de julio su libro de relatos Imposible salir de la tierra (editado por Estruendomudo). Este libro está llamando la atención no solo por la originalidad de sus personajes e historias, sino también por el humor negro que confluye en cada cuento del mismo.
¿Cómo nace esta antología? ¿Qué sentiste al ver los relatos de nuevo? ¿Quisiste cambiarlos en algo?
Bueno, sí. La antología es un compilado de la idea de hacer una especie de revisión desde el 2005 hasta el 2015 o 2016 de estos cuentos que van haciendo una especie de mapeo sobre mi escritura, pero también sobre mi concepción sobre el cuento, como esos registros se van juntando, conviviendo y van poniendo en tensión las formas rígidas de concebir el género del cuento. Al volver a mirarlos a diferencia de los demás, he experimentado con otros ejercicios de republicación del texto. En este caso no cambié nada, me interesó que pudiera ser en ese sentido como una vuelta a la vida, tal como fueron concebidos. La tentación a veces estuvo, pero también en la selección a mí me parecían más significativos de una cierta mirada o de cierto registro, tono, temple; ya en esa selección estaba dejando a fuera los que sentía que si los incluyera tendría que hacerles muchos cambios, porque era como crear un nuevo objeto, un nuevo artefacto a partir de estas figuras dispersas.
¿Te generaron las mismas sensaciones que la primera vez que los publicaste?
Lo que pasa es que no son todos publicados, hay varios inéditos o cuentos con biografías diversas. Algunos circularon en una revista, algunos que no fueron publicados, otros que fueron escritos ahora, y otros que tuvieron vida en libros, compilados de distintos autores. Hay dos de mi libro Animales domésticos, uno de los más recientes. Entonces, habría que pensar en cada caso como fue ese proceso. Ahora ya lo siento parte de este otro universo, ya no son cuentos autónomos, ahora son parte de la tierra.
En estas historias se nota la inminencia de la muerte moral. ¿Cómo haces para no caer en el espejismo de esta temática y manejarla con tanta precisión?
Ojalá que logre eso. No hay una receta que dice cómo se hace, es más bien tener siempre la conciencia de sugerir más que explicitar. Tal vez cuando algo resulta más efectivo es cuando se silencia. A mí me gusta trabajar como con los intersticios, lo que corre bajo la superficie, y dejar al lector que construya el horror o la emoción o lo que sea. Suelo dar pistas por donde suele conducirse. Pero no sé cómo, no sé cuál es la receta para hacerlo, creo que no existe.
El primer cuento es muy logrado, abordando una obsesión enfermiza llevada al extremo. ¿Con qué fuentes trabajas o como te inspiras para lograr eso?
Creo que en parte hay un trabajo con mis propias obsesiones que son exacerbadas y son llevadas al delirio o al extremo. Es como una molestia que tengo o algo que me perturba y ponerlo en una situación extrema. En ese sentido, trabajo de algo propio pero volviéndolo un alíen, y volverse monstruoso uno mismo como narrador de esa experiencia. Tratar de llegar a ese límite sabiendo que hay una construcción que parte de lo propio, pero teniendo la tranquilidad de que por medio está la ficción. Es sacarle provecho a los delirios que nos habitan y que siempre están ahí dando vueltas.
Tu narración, a pesar de la oscuridad y sus tramas, nos logra hacer reír por el humor negro. ¿Es algo que buscas de alguna manera para liberar dicha carga?
Te puedo responder como lectora diciéndote que sí me atraen mucho los textos que combinan el horror con el humor. Cómo abordan temas que son tremendos, dramáticos, desde un lugar que les da una especie de eje que nos permite acercarnos a ellos. La literatura trágica a secas, es muy difícil, entonces, creo que en el fondo, el humor es lo que nos permite tomar esa distancia y entrar a esos temas sin quedar destruidos.
En este momento, Alejandro Zambra es quizá una de las voces más refrescantes de la literatura latinoamericana . ¿Sientes que tus narraciones, de alguna manera, se hermanan a las suyas?
Bueno, somos amigos con Alejandro Zambra, compartimos lectura, conversaciones sobre literatura, la vida, los gatos, parejas y sobre un montón de cosas. Eso en parte va haciendo que uno comparta formas de escritura, inevitablemente, porque nos vamos hermanando en otros espacios. Entonces sí, probablemente hay algo que nos toca generacionalmente, pero también hay algo en eso de compartir un tipo de sensibilidad. No puedo decir que nuestra escritura está en el registro emparentada, pero sí hay una sensibilidad en tipos de lectura o de experiencia que las miramos de un lugar parecido.
Japón aparece mucho en sus relatos. ¿Cuál es la razón?
Bueno, hay algo que me atrae mucho de Japón: estética, cineastas, ilustradores. Pero en este caso, es más bien una figura metafórica que marca una especie de contraste en cuanto a nuestras experiencias muy subjetivas y probablemente un poco manipuladas desde la visión occidental del oriental. Ese contraste de cómo funciona la idiosincrasia en los casos en los que aparece Japón en un cuento que parece un crónica roja, a la manera latinoamericana, pero que funciona con códigos de cierta templanza, con escenarios zen. Entonces me gusta esa cosa como de poder poner contraste esas dos situaciones: la templanza y el alarido extremo. En el libro que hay permanente fuegos de cruces con esas tensiones y emociones. Emociones que por una parte nos llevan a la muerte y por otra nos dejan muy agarrados a la tierra. Por ejemplo, la mujer que se quiere suicidar pero no lo logra porque se iba al aeropuerto.
No sé si será tu primera vez en la FIL, pero ¿cómo notas el movimiento en esta feria?
No había venido a esta feria, pero sí a la de Miraflores, la Ricardo Palma. Me parece que la otra es una casa y esta es un edificio. Me entusiasma mucho que haya este movimiento en torno a las editoriales independientes, lo que pasa acá en Estruendomudo, además o Los Libros de Laurel de Chile y otras representaciones de otros sellos. Me parece una feria muy viva, la gente participa, va a las lecturas. No sé, me parece una frescura. No sé si ha sido así antes, pero al menos hoy creo que es muy auspiciosa.
¿Qué es lo último que has leído que recomendarías?
Bueno, lo último que justamente está acá es el libro “Terapia de Grupo” de Dany Salvatierra. Me sorprendió muchísimo la frescura de esos cuentos, lo desopilante, la desacralización de ciertos códigos. Un libro muy recomendable.
Entrevista a cargo de Mauricio Chereque y Sebastián Uribe.
Transcripción: Eduardo Bronstein
domingo, 24 de julio de 2016
“Un mundo huérfano” de Giuseppe Caputo
viernes, 15 de julio de 2016
“Corea: apuntes desde la cuerda floja” de Andrés Felipe Solano
Ediciones UDP. 2015. 208 páginas / Chile
En 2008 fue finalista del Premio Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, institución presidida por Gabriel García Márquez, por su crónica Seis meses con el salario mínimo, que fue incluida en Lo mejor del periodismo en América Latina(FNPI-FCE, 2009) y en Antología de crónica latinoamericana actual (Alfaguara, 2012). En 2016, gana el premio Biblioteca de Narrativa Colombiana por su obra Corea: apuntes desde la cuerda floja (Ediciones Universidad Diego Portales, 2015).
viernes, 8 de julio de 2016
"Un lugar como este" de Carlos Arámbulo
Estruendomudo. 2016. 120 páginas
Carlos Arámbulo (Lima, 1965)
Traductor y escritor. Es autor del poemario "Acto primero" (1993). En el 2014 obtuvo el Premio Copé de Plata por su cuento “Fifteen”. Al año siguiente, su primer libro de relatos "Un lugar como este" (2014) fue elegido finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, organizado por el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de Colombia.
(Una versión de este texto aparece en el portal web Punto y Coma)
domingo, 26 de junio de 2016
“Vernon Subutex Vol. I” de Virginie Despentes
Literatura Random House. 2016. 384 páginas
