"These days there’s so much paper to fill, or digital paper to fill, that whoever writes the first few things gets cut and pasted. Whoever gets their opinion in first has all that power". Thom Yorke

"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra

"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet

"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki


domingo, 15 de julio de 2012

La llamada




Soy el único en el departamento. Suena el teléfono y contesto luego del segundo timbre. Levanto el auricular esperando percibir en mis oídos alguna voz proveniente del otro lado de la línea, mas mi espera es infructuosa porque acaban de cortar. Qué extraño.Prosigo con mis labores rutinarias y monótonas de todos los días. Pero un pensamiento se ha apoderado de mí. No me suelta, se ha hecho del control total de mi mente sin dejar espacio alguno. ¿Por qué cortaron la llamada en el preciso instante en que se escuchó mi voz?¿Tendrá algo que ver conmigo?¿Simplemente se equivocaron?¿Por qué súbitamente comienzo a sentir una angustia que me oprime el pecho asfixiándolo  como si fuera un síntoma, una premonición de un cambio radical avecinándose?. Pero lo que más me causa intriga es la ignorancia de saber quien o quienes fueron.

Debo estar paranoico. Cuestiones así pasan por miles a diario y a muchísimos como yo. “No soy un outlier, una excepción a la regla” me vengo repitiendo aunque sin tener  fe en ese conjunto de palabras. Todo parece estar volviendo a la calma cuando, sorpresivamente, la quietud del ambiente vuelve a ser atacada por ese aparato de los mil demonios. Los hechos se van sucediendo exactamente igual que hace unos momentos, haciéndome maldecir al que sea el causante de esta situación. Un torrente de emociones vuelve a  causarme disturbios. ¿Pero qué me está pasando?

Hay un espejo que es parte de esta habitación desde hace más de 50 años, cuando los primeros inquilinos vinieron a habitarla. Nadie ha querido llevárselo y tampoco se ha sabido responder el cómo llegó allí.. Está colocado de forma vertical y tiene un marco de estilo barroco, recargado de figuras antropomorfizadas que atraen y espantan la mirada del espectador, Lo curioso de esta reliquia es la frase inscrita, cuyas letras se originan en el lado izquierdo, siguiendo su corriente en el lado superior desembocando en el lado paralelo: Fallaces sunt rerum species [i] Es en ese texto donde se ha centrado mi mirada,  donde puedo observarme desde la posición en la que me encuentro de forma frontal. Allí está mi imagen como protagonista excelsa acaparando casi todo el espacio del cristal, reproducida fielmente hasta el más mínimo detalle, desde la gota de sudor que va abriéndose paso por mi mejilla hasta las manchas impregnadas de algún licor que bebí anoche en mi vestimenta de turno. Incluso aparece el teléfono, que por cierto está sonando por tercera vez. Sólo diferimos en algo: Donde deberían estar las comisuras de mis labios simplemente…no hay nada. Quiero gritar hasta expulsar todo el temor que doblega mi espíritu. Debe ser uno de esos sueños a los que solemos denominar como pesadillas. A punto estaba de desquitarme con el objeto causante de mi frenesí de sentimientos, cuando otra situación altera mis planes. El teléfono ya no expulsa ruido alguno.

Soy yo el que lo ha contestado. Mejor dicho, ha sido mi yo en el espejo, esa copia burda sin labios la que sostiene el auricular y solo atina a asentir con la cabeza volviendo el teléfono a su posición inicial, observándome minuciosamente en todo momento como preparándose para atacar y esperar una señal en especial. Mi mente parece que ha sufrido una implosión. El instinto me hace retroceder de inmediato pero la distancia entre nosotros no se ha acortado a pesar de mis movimientos, porque mi otro yo en el espejo ha traspasado sus fronteras y se encuentra pisando el mismo suelo que yo. Se adelanta a mí y cierra la puerta empezando a forcejear conmigo. Caemos al suelo. Sabe de antemano como me voy a mover, cómo ataco y defiendo, obsesionándose con mis puntos más vulnerables del cuerpo y tomando ventaja de ello. Voy perdiendo la conciencia y mientras voy cerrando mis ojos lentamente, como si el tiempo se hubiese detenido para mí en una conspiración junto con mi oponente, veo que está entrando  a la cocina sin verme si quiera, postrado en el suelo ya  derrotado y humillado. Mis fuerzas me están abandonando así que no opongo resistencia a lo que me indica el cuerpo entregándome al total abandono de la realidad.

 
La tranquilidad parece haberme acogido como su huésped de nuevo. Mientras va apareciendo la luz en mis ojos todo lo antes mencionado parece no haber sido nada más que una elucubración de mi imaginación causada por una mala noche de tragos o un sueño mal conciliado,. Pero es un líquido caliente bañando mi rostro lo que me hace salir del letargo. Al exponerme al contacto de mis manos, me horrorizo al ver que es sangre lo que las tiñe de rojo .Donde deberían estar mis labios solo hay rastro del hilo con el que se han sellado mis esperanzas de vociferar ferozmente. Se escucha un sonido lejano mientras agonizo. Es una risa de victoria, de libertad, de gozo. El sonido de una puerta cerrándose culmina con la misma. En el vidrio del espejo alguien, usando aquello que solía recorrer mis venas y arterias como si fuera pintura, ha trazado letras en las que si se lee cuidadosamente, hasta la fecha se puede  entender un “Mi turno recién ha comenzado.” No alcanzo a sentir nada más.


1La apariencia de las cosas es engañosa”, Séneca

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