"These days there’s so much paper to fill, or digital paper to fill, that whoever writes the first few things gets cut and pasted. Whoever gets their opinion in first has all that power". Thom Yorke

"Leer es cubrirse la cara, pensé. Leer es cubrirse la cara. Y escribir es mostrarla." Alejandro Zambra

"Ser joven no significa sólo tener pocos años, sino sentir más de la cuenta, sentir tanto que crees que vas a explotar."Alberto Fuguet

"Para impresionar a las chicas de los 70 tuve que leer a Freud, Althusser, Gramsci, Neruda y Carpentier antes de llegar a los 18. Para seducir a las chicas de los 70 me hice especialista en Borges, Tolstoi, Nietzsche y Mircea Elíade sin haber cumplido los 21. Menos mal que ninguna me hizo caso porque entonces hoy sería un ignorante". Fernando Iwasaki


martes, 28 de febrero de 2017

"Los peligros de fumar en la cama” de Mariana Enriquez

Anagrama. 2017. 208 pp.
Santuario   2015 164 pp.


El mayor peligro al acabar de leer este libro es que uno termina pensando que el terror que encierran sus páginas puede ocurrir en nuestra realidad. Doce relatos donde el miedo se materializa en situaciones grotescas e impactantes. Capaces de consternar al lector por la crudeza y frialdad con las que son narradas diversas escenas, evocando los mejores cuentos de terror.

La literatura que emana de este libro no tiene por qué ser marginada tan sólo por el absurdo supuesto de que las historias de terror están bien para ser contadas a los niños de la casa pero no para ser leídas por un adulto. Un buen relato escalofriante es capaz de hacer zozobrar a cualquier lector como lo demostró Poe. Y si de algo se han encargado varios escritores argentinos es de demostrarnos ello, generación tras generación.

Mariana Enriquez pertenece a ese selecto grupo de autores, con el talento de crear atmósferas en las que somos capaces, por ejemplo, de imaginarnos deambulando por las calles de Buenos Aires o Barcelona, alertas por si aparece algún viejo con un carrito o una extraña niña rapada llena de cicatrices. Atmósferas donde también se percibe lo asfixiante que puede ser crecer en una sociedad aún herida por los efectos devastadores de una dictadura como la argentina. Familias cada vez más aisladas de otras y cuyos miembros también se sienten como islas dentro de las mismas. Jóvenes hiriéndose a sí mismos para sentir algo real en sus vidas. Medios de comunicación inmiscuyéndose en las tragedias personales como buitres vigilando su carroña. Muertes que no son más que la trágica señal de su presencia constante alrededor de nosotros. Nadie está a salvo es lo que parece indicarnos Enriquez en sus ficciones.

Sangre, mutilaciones, fantasmas, demonios, cadáveres. Piense en algo que tema. Lo más probable es que esté en este libro.

El desentierro de la Angelita

La protagonista de este cuento dice en algún momento lo siguiente: La primera vez que apareció creí que soñaba y traté de despertarme de la pesadilla; cuando no pude y empecé a entender que era real, grité y lloré y me tapé con las sábanas, los ojos cerrados fuerte y las manos tapando los oídos para no escucharla. Y es que hay secretos que, literalmente, es mejor no desenterrar pues pueden desencadenar una pesadilla de la que no hay forma de despertarse. Una abuela que se aterra cada que llueve pues en cada gota cayendo se esconde el sonido de la furia del pasado. Una niña aburrida que tortura gusanos cortándolos en pedacitos (Me parecía que si picaba bien a la lombriz, como a una cebolla, sin dejar contacto alguno entre los anillos, no iba a poder reconstruirse. Nunca me gustaron los bichos). Un ser deforme y grotesco que irrumpe y atormenta la rutinaria vida de una mujer, que termina por acostumbrarse a ello, concluyendo que al final son algunos de los vivos mucho más temibles que los muertos. ¿Qué secreto se esconde en los cimientos de nuestros hogares?

La virgen de la tosquera

En la vida real, pocas cosas son tan terroríficas como un los celos de una mujer. Y sí es el de varias, es mejor comprar un pasaje de avión y huir lejos, muy lejos. Un grupo de chicas se obsesionan con Diego, un chico que siempre sale con ellos. Pero él parece hacerle caso sólo a Silvia. Ella es la chica que siempre han envidiado. Tiene buen trabajo y siempre sabe más que ellas. Y encima les quita al hombre de sus deseos. Deseos que son incapaces de contener, llevándolas a maquinar peligrosos planes. La oscuridad va apoderándose de ellas, llevándolas al único final posible de sus paseos a la tosquera .

El carrito

Un viejo harapiento llega al barrio empujando un carrito. Súbitamente, se baja los pantalones y se caga así sin más. Algunos reaccionan mal. Gritan, insultan, amenazan. Lo expulsan y este se va. Pero allí sigue el carrito del viejo en medio de la calle. Como una metáfora de lo más execrable a lo que puede llegar una comunidad compuesta por seres incapaces de ver sus propios defectos pero que tienen un ojo clínico para notar los de otros. No tardará en caer una maldición en el barrio que diezmará cualquier atisbo de razón en sus miembros. Pero para ese momento, ya habremos empezado a dudar si lo que daba más asco era la mierda del viejo o los corazones de quienes lo despreciaron.

El aljibe

Ese día el cielo estaba nublado, pero el calor era pesado, como siempre en Corrientes antes de una tormenta. Los secretos más oscuros de una familia son expuestos en este relato. Secretos conectados con males como el egoísmo y la cobardía. Viejos demonios a los que una mujer que toda la vida ha convivido con el miedo debe enfrentarse si quiere dejar de padecer una existencia que es peor que la muerte. La figura de lo fantástico no es más que un soporte para resaltar lo podrido de algunos espíritus.

Rambla Triste

La barbarie circula por Barcelona como un virus que infesta cualquier rezago de civilización. El olor intenso de un pasado que se resiste a ser olvidado y aparece para dar señas de que el terror de sobrevivir en una ciudad puede ser más aplastante que el de muchos libros de ficción. La locura empieza a instalarse como un modo de vida común. (A veces pienso que los locos no son personas, no son reales. Serían como encarnaciones de la locura de la ciudad, válvulas de escape).Las crisis urbanas de nuestros tiempos juntos con males aberrantes como la pedofilia son retratados en esta historia dejando una huella de tristeza difícil de olvidar, mientras no sabemos si los protagonistas de este cuento serán capaces de sobrevivir por más tiempo.

El mirador

Esperaba que cada verano fuera el último, y pasaba cada vez más tiempo en el mirador, adonde apenas llegaba el rumor de los vivos, que ella sabía imitar tan bien, pero no comprendía. Fantasmas, depresión, una chica que recorre la vida como si estuviese  muerta. Es difícil explicar la trama de este cuento sin revelar alguna señal del desenlace, al que somos conducidos por voces que parecen susurrarnos sus penas al oído.

Dónde estás corazón

Perversiones y fetichismos sexuales son narrados aquí sin ningún temor ni tabú que impida a la autora explayarse en la historia de una chica obsesionada con los latidos de un corazón. Una forma de asumir lo cercano de una muerte, para nada normal. La soledad de una obsesión que raya en la locura retratada de una manera más que genial. La entrega completa al goce de una protagonista que podría fácilmente tomar el rostro de cualquier chica que veamos en  la calle. Y un final deliciosamente escalofriante que corona uno de los mejores cuentos de este libro.

Carne

Este relato puede convivir sin ningún temor al lado de Las ménades  de Julio Cortázar. El fanatismo por una estrella de rock  llevado a extremos de cine gore. Dos chicas abandonadas a la sinrazón. Una figura mítica capaz de  conducir a una legión de personas al abismo de la desesperación. Y lo más macabro: los medios de comunicación peleándose por el último vestigio de privacidad de las estrellas de turno.  Carnes es comida. Carne es muerte. Ustedes sabes cuál es el futuro. ¿Suena conocido?

Ni cumpleaños ni bautismo

La obsesión audiovisual de nuestros tiempos sirve para sacar a la luz los más sórdidos instintos seres que se ocultan en la sombra de la ciudad. Seres que han caído en la desmoralización y se dejan llevar por sus perversiones. Voyeurismo, pedofilia, posesiones demoniacas. Todo registrado en una cámara, que enfoca sin atenuantes lo más sucio de los seres humanos y a la que accedemos gracias a Enriquez.

Chicos que faltan

La desaparición ha sido un tema recurrente en la literatura de los países de nuestra región. Las lacras de gobiernos pasados han dejado huellas en sus sociedades enraizadas en su conciencia colectiva. Huella que se deja ver en aspectos cotidianos como la desconfianza hacia el otro y la falta de solidaridad con otros. Y sobre todo en la memoria de quienes vivieron (o sobrevivieron) en dicha época. En este caso, se privilegia la idea de usar los recursos de una ficción fantástica para potenciar las sensaciones de angustia y dolor que provocan la desaparición de un ser querido. En eso piensa uno mientras recorre los párrafos hacia un final desolador que parece pronosticar la desaparición del mundo que conocemos. Y es que cuando se llega a ese límite, cuando no queda más lugar para las almas, empiezan a volver a este mundo. Esa vuelta es el anuncio del fin del mundo, en realidad.

Los peligros de fumar en la cama

Una atmósfera enrarecida rodea al relato que presta su título al libro. Tóxica, dañina. En sus pocas páginas, somos capaces de comprender que hay dolores incapaces de sobrellevar y que es mejor que nos caiga un cielo de fuego y ceniza a seguir insistiendo en una existencia que sólo causa daño.

Cuando hablábamos con los muertos


Jóvenes transgrediendo  las leyes de lo físico. Un juego de quija como puente que comunica dos mundos paralelos. Los temores y debilidades de la adolescencia. Y un intento por darle voz a los que desaparecieron de nuestras vidas. Un magnífico final para cerrar las páginas de este libro, y sentir que hemos sido testigo de doce actos de una ópera macabra y atrapante.



+Sobre la autora:


Mariana Enriquez (Buenos Aires, 1973) es periodis­ta, subeditora del suplemento Radar del diario Pági­na/12 y docente. Ha escrito novelas, relatos de via­jes, perfiles y colecciones de cuento. Su último libro "Las cosas que perdimos en el fuego", ha sido publicado en más de 20 países con un gran éxito de crítica y lectores.

viernes, 24 de febrero de 2017

Entrevista a Rafael Gumucio :"“El discurso correcto de hoy será el discurso terrible de mañana”


Rafael Gumucio (Santiago, Chile, 1970), es un autor que hace tiempo lleva labrándose un lugar destacado en el panorama narrativo chileno. Ha sido autor de libros como La deuda (2009), su celebrada Memorias prematuras (1999) y  Mi abuela Marta Rivas González (2013). Su presencia en el Hay Festival de Arequipa no pasó desapercibida, convirtiéndose en una de las figuras que más atención concentró gracias a su ironía y su inagotable capacidad para conversar sobre cualquier tema.

Presentaste recientemente un libro publicado por Alquimia titulado Contra la Inocencia.

Así es. Es un alegato, como su nombre lo indica, contra la inocencia y la corrección política. Está bastante de moda el tema. Hay textos en contra del animalismo, a favor de la corrupción (rísas), en contra del orgullo gay, el orgullo negro y el orgullo indígena. La verdad estoy tratando de crear un grupo de enemigos muy amplio.

Lo cual es divertido también…

Yo creo que habla de la calidad de un escritor. El discurso correcto de hoy será el discurso terrible de mañana. Yo a veces exagero mi punto de vista, pero suelo ser tolerante con las personas, como cuando alguien que piensa distinto a mí me conversa y yo termino convencido. Creo en la inmensidad del debate.

Tu última novela Milagro en Haití (Literatura Random House, 2015) trata sobre una señora adinerada que viaja al país más miserable de Latinoamérica y se hace una cirugía plástica. Esto suena medio absurdo, pero también refleja el extremo y la desigualdad que hay en nuestra región. ¿Cuál es tu visión política-literaria de este tema?

Yo no lo pensé así porque creo que los escritores que piensan, así como “voy a constrastar el país más pobre con el país más rico o más correcto que es Chile” son patéticos, pero resultó siendo una historia muy grande. Mi madre se hizo una operación similar. Ella no terminó de manera tan loca como en la novela pero parecida, digamos. Lo que quise reflejar son dos formas de entender un poco, esta especie de pobreza con una enorme dignidad de la que los haitianos hacen gala y esa especie de prosperidad sin ninguna dignidad de la que los chilenos nos enorgullecemos. En Chile hemos perdido total sentido de la dignidad o de la honra y somos una comunidad disgregada e imposible. En Haití es todo lo contrario. Es una comunidad posible. Entonces, el contraste funciona porque creo que demuestra la personalidad de ambos países. Además, en el medio de estas dos comunidades (Chile y Haití) está todo este continente.

En el libro abordas temas sociales muy importantes con mucha irreverencia e incorreción política. ¿Cómo ves esto en Chile? ¿Ha evolucionado en los últimos años o algunos temas siguen siendo susceptibles de ser abordados así?

No. En Chile existe la idea que desacralizar es equivalente a destrozar y morder.Si yo estoy hablando contigo, la única forma de hacerte ver mi punto sería destrozarte a ti y no tu idea. Hay una cierta ironía y parodia en Chile que es el insulto, el grito y el pataleo. Pero en el fondo sigue siendo una sociedad sacralizadora
Hablaba con Margo Glantz hasta qué punto el chileno lleva a Pinochet adentro, incluso los que detestamos a Pinochet y fuimos víctimas de él. Este personaje socarrón que espera la debilidad del otro para usarla en su provecho. Que nunca tiene ideas propias y termina siendo un discjockey de la idea. Un personaje autoritario y algo tímido. Nosotros tenemos el privilegio de tener dictadores que no tienen estilo ni gracia.

Siempre se habla de Chile como la “niña bonita” de la economía latinoamericana ¿Cuánto de ello es real y cuánto fue solamente parte de un discurso superficial que se vendió solo a algunos?

La desigualdad es gigantesca y sus mejoras han sido marginalmente muy pocas. Aunque claro, la pobreza en Chile es un recuerdo del pasado. Ya no existe esa pobreza como cuando llegue de Paris a Chile a los 14 años. Así que sí … es verdad y es mentira. Pero tiene una serie de efectos secundarios como  la economía neoliberal que tiene que ver con la desconfianza, con la falta de participación política, con la falta de lugares donde conversar y erradicar ese estado de vegetación permanente sin motivo, que evidentemente es llamativo. Se ve que lo que termina ocurriendo es que la gente no está contenta con el sistema neoliberal. La gente tiene anhelos y nostalgia por un sistema estatista pero ya no es capaz de vivir en él. Nosotros sabemos que la salud privada o la educación privada no funciona, pero si volviera la educación pública o la salud pública no seríamos capaces de soportarlo. No tendríamos la paciencia de estar en una cola o estar en un colegio donde todos valen lo mismo. Lo digo yo mismo, porque siempre quiero ganar o estar primero en la fila o nunca digo “gracias” o “por favor”.

Aquí también es cada vez más común toparnos con ese  “individuo neoliberal” que mencionas.

Sí, yo cuando viajo a algún país de América Latina debo de hacer un esfuerzo, lo cual agradezco mucho porque creo que me mejora como persona. Decirle a la persona: “Hola, ¿Cómo está usted?”. Eso en Chile no se da. Entonces el experimentó funcionó pero sus defectos son incalculables. Yo veo que ustedes están a la mitad del experimento y en esa mitad todo se ve muy bien. Es como los regímenes para adelgazar: el primer tiempo adelgazas muchísimo, te ves muy guapo y te va muy bien, pero después llega el efecto rebote cuando llega una torta y te la comes entera. Eso pasó en Chile. Cuando uno iba a Chile en el año 90 a comienzos del 2000 era imposible pensar que este país había sido el mismo de la Unión Popular, el mismo de Allende, pero ahora último fue increíble ver la cantidad de “viudas” que tenía Fidel Castro, por ejemplo.

Tú tienes lectores en Chile y en España principalmente. Por ejemplo “La Deuda” se leyó distinto en ambos países. ¿Cuál es el rasgo que te llama la atención de tus lectores chilenos y foráneos?

En España fue leído como lo que es: una novela. También fue leído como un reflejo de algo que está pasando en España. Pero un reflejo que tenía la ventaja de no pasar de ahí. Tengo entendido que ahora están haciendo una serie de televisión de “La Deuda” en España. Me parece que para ellos es un reflejo de su historia, de  la transición española. El momento en que la izquierda y sus intelectuales entraron en el mercado y cómo lo hicieron a pesar de haber estado entrampados.
En cambio, yo creo que en Chile prevaleció la sospecha de si el autor es parte de lo que habla. Que cómo se le puede ocurrir criticar de una manera tan dura y tan despiadada sobre un tema donde están todos sus amigos involucrados. Yo perdí mi tiempo tratando de explicar que una cosa soy yo viviendo en este mundo, al cual no tengo interés de dejar y otra cosa soy yo como escritor  cuando observo y puedo mirar con dureza y con verdad ese mundo. También pasó una cosa que es que yo aposté por el estilo de la novela realista, decimonónicam con sus clases y complejidades.

Me parece que hay un viraje a nivel latinoamericano a la novela asociada a un terreno más íntimo pero no menos político. ¿Cómo ves este fenómeno?

Creo que me adelanté mucho. Con “La Deuda” escribí una novela sociopolítica sobre los problemas y complejidades de las clases sociales en Chile que también existen en el Perú. Pero en el caso peruano es más simple digamos. Está en el elemento racial que hace que todo sea más claro. En Chile eso está fuera del discurso oficial. Por ejemplo, tú no puedes decirle a alguien que tiene un apellido mapuche y hacerle ver la diferencia con la gente que tiene apellidos “normales” y comunes como Gonzales o López. Y puede ser que en una misma familia un niño salga rubio y otro salga moreno, y el rubio va a tener otro destino que el moreno pero no lo saben. La novela hablaba de eso y sentí que no colaba.

Hablaba con Margo Glantz sobre el daño que puede causar “lo políticamente correcto” a la literatura, a las artes y las ideas. ¿Cómo se da esto en Chile? En el caso de la narrativa sobre la época de la dictadura, ¿Qué nuevo puede aportar?

Bueno, todo el mundo es libre de escribir de lo que le obsesiona. Siempre es terrible cuando alguien decide escribir algo que no le obsesiona. La dictadura chilena no fue demasiado larga, pero inculcó el miedo en todas las capas de la sociedad. Yo creo que cuando se lee a José Donoso, Jorge Edwards o a los grandes clásicos como Joaquín Vallejo, uno se da cuenta que la dictadura solo logró cristalizar algo que siempre existió profundamente en la sociedad chilena. Entonces no es azaroso que todavía sea un tema porque de alguna forma la dictadura es una gran metáfora. Por ejemplo, el sistema de castas y clases chileno fue perfectamente avalado por la dictadura. También marcó fenómenos como el apoyo a gente de izquierda que estuvo en contra de la dictadura en su mayoría, a la que sin embargo reclamó a cambio una cuota de poder y vigilancia muy fuerte. Entonces, nosotros vivíamos en una época de total control militar, militante por un lado y religioso por otro. Podías ser de oposición como mi familia, pero siempre estaba presente el partido. Y ahora lo vi con la muerte de Fidel. Un país donde la muerte de Fidel fue más impactante e importante por la cantidad de viudos y viudas que emergieron tras ello.

Las redes sociales. Muchos las ven como una amenaza, como parte del día a día, como un fenómeno que está para quedarse, una banalización del discurso, etc.  Tú tienes más de 135,000 seguidores en Twitter. ¿Cuál es tu visión?

Es todo eso, pero no puedo resistirlo. No sé si podría vivir sin ello. Caí redondo. Es como una amplificación del mundo. Una aceleración. Nada de lo que hay en las redes son de las redes. Es muy raro lo que está pasando porque vivimos una aceleración de la vida. Se vive más años y de manera más intensa. Eso de alguna forma debe producir un resquebrajamiento en la máquina humana. En la máquina o aparato que somos. Estábamos programados para una cantidad de años y para una cantidad de intensidad. ¿Cómo podemos vivir cien años cuando todos los días tienes seis vidas? Yo mismo soy el ejemplo vivo de eso. Tengo siete trabajos: hago radio, trabajo en la universidad, escribo. Hago cosas que son para seis o siete vidas y tengo una expectativa de vida de cien años con lo cual podría decir de manera racional “los primeros veinte años voy a hacer entrevistas,los segundos veinte años voy a escribir novelas y después los otros años voy a dedicarme a otra cosa. Pero no. He decidido vivir como si voy a morir mañana lo que es absurdo. ¿Por qué publicar una novela cada uno o dos años?

Mi última pregunta. Eres docente de la UDP. ¿Qué es lo que te apasiona de enseñar y cómo ves la relación de las nuevas generaciones con su vocación?

Bueno me gusta escucharme hablar (risas). Me gusta porque hay una diferencia de lenguaje muy fuerte. También en lo que entendemos por cultura lo cual es complejo de entender a veces. La vez pasada le pregunté a uno de mis alumnos de dónde era Borges y me respondió que era “casi colombiano”.  Yo le dije que “Casi Colombia” no existía (risas). No estaba pidiendo que lo leyeran, sólo ese dato. Y eso crece. Se hace cada vez más difícil tener un lenguaje común. Hay muchas cosas que los jóvenes no saben. Por ejemplo, algunos creían que poner un like o no poner un like, es lo mismo que votar. Algunos creían que habían votado por Trump o por Clinton, y cuando vieron los resultados decían “¡Pero si yo he estado toda la tarde frente a la computadora!”(risas). Creen que las elecciones es una competencia de opinión. Lo que importa en ellas al final es tu voto, no tu opinión.

(Entrevista publicada originalmente en el portal web "Punto y Coma")

domingo, 29 de enero de 2017

"El tenis como experiencia religiosa" de David Foster Wallace


Literatura Random House. 2016. 112 pp.

Uno de los aspectos que más me han gustado del presente libro es la manera como Foster Wallace logra transmitir la belleza y pasión que pueden generar este deporte. No tiene reparo alguno en decir las cosas que piensa y siente, evitando así caer en el terreno de lo políticamente correcto. Si algo lo entusiasma o disgusta de manera elocuente, lo escribe de una manera tal, que vuelve al lector un cómplice más. Contagia emoción en todo momento, en varios de sus pies de página incluso, volviendo este libro uno capaz de conectar con un público que va más allá del ligado al tenis.

Son dos textos los que contiene este libro. El primero (y más extenso) se centra en un partido de las rondas iniciales del US Open de 1995 entre el conocido y laureado Pete Sampras y un emergente Mark Philippoussis. Si bien el partido cobra importancia en muchas de las páginas de este texto, sobre todo en aquellas donde describe el contraste entre ambos “combatientes”, Foster Wallace prefiere dedicarse a describir la atmósfera que rodea el encuentro y todas las implicancias sociales que uno puede analizar a partir del mismo. El lector puede dar cuenta de la sofisticación y astucia del marketing de los patrocinadores del torneo; la división de las clases sociales en las tribunas; la tristeza del no-encuentro entre la oferta (revendedores) y la demanda desesperada (potenciales asistentes) en las afueras del estadio; o de la llamativa paciencia de los neoyorquinos para soportar el caos en un actitud que el autor califica de depresiva. El norteamericano utiliza todos estos elementos para hablarnos sobre algo externo a la práctica en sí del  tenis pero directamente relacionado a su vez: el comercio. La rentabilización  que se puede originar a partir de una práctica tan antigua y aparentemente tan inofensiva como el deporte. Poco importa cómo acabe el partido, pues los que principales ganadores no están en la cancha.

Mi texto favorito sin embargo, es el segundo, donde Foster Wallace le da un matiz metafísico al tenis. El pretexto: la final de Wimbledon del  y  el encuentro entre aquellos dos modos de practicar y percibir el deporte blanco (y entender la vida) representados en las figuras de  Federer y Nadal. Así como en el texto anterior, aquí se presenta el encuentro entre el arte y la potencia, la gracia y la fuerza. El narrador se la juega por el suizo (así como hizo con Sampras) y no tiene pelos en la lengua para elogiarlo y denostar a su oponente. Lo describe como el híbrido entre Metallica y Mozart, lo cual ya nos dice mucho. El ser capaz de imponer su propio orden y replantear las tendencias estilísticas de los últimos años, y ganar. El héroe ateniense sobre el soldado espartano. Es la victoria del arte y la física, presentes en  Federer, quien con tan solo 25 años en aquella época, es capaz de asombrar al escritor, y a nosotros los lectores. Foster Wallace dice que su juego ha sido capaz de iluminarlo y reconciliarlo con la vida, y uno, a pesar que sabe que fue algo temporal, le cree y agradece. 


+Sobre el autor:

David Foster Wallace (Nueva York, 1962-California, 2008) es para muchos el novelista más importante de su generación. Publicada en 1987, La escoba del sistema fue su debut literario. Tres años después publicó La niña del pelo raro (Literatura Random House, 2000), relatos con los que captó la atención de la crítica. Su siguiente obra es la monumental y reconocida novela La broma infinita (Literatura Random House, 2002), que ha sido considerada por la revista Time una de las cien mejores novelas en lengua inglesa.

En Literatura Random House se han publicado además Entrevistas breves con hombres repulsivos (2001), Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer (2001), Extinción (2005), Hablemos de langostas (2011), su novela póstuma El rey pálido (2011), En cuerpo y en lo otro (2013), el legendario discurso pronunciado en la ceremonia de graduación en la Universidad de Kenyon, Esto es agua (2014), El tenis como experiencia religiosa (2016) y David Foster Wallace Portátil (2016), una recopilación de su obra más representativa.

En septiembre de 2008 David Foster Wallace, que sufría una fuerte depresión, se suicidó en su casa de California.

(Una versión de este texto aparece en el portal web "Punto y Coma")

martes, 3 de enero de 2017

Entrevista a Mariana Enriquez


Las cosas que perdimos en el fuego (Anagrama, 2016) fue considerado uno de los mejores libros de cuentos publicados en español el año pasado y se lanza en febrero en EE.UU. Un estupendo volumen de relatos escalofriantes. Pude conversar  con su autora el mes pasado en el marco de Hay Festival de Arequipa. Aquí la entrevista.




Si bien, ya habías publicado en distintas editoriales de la región, como Montacerdos, UDP y Santuario, la ventaja de hacerlo en Anagrama, es  su distribución y la posibilidad de poder llegar a un mayor número de  lectores. Eso me lleva a preguntarte ¿Qué diferencias has encontrado en la lectura de los cuentos de Las cosas que perdimos en el fuego en países como España y Argentina? ¿Qué es lo que más llama la atención?

Bueno en Argentina es diferente porque tengo varios libros antes, entonces ya me conocen. En Argentina pasé de Planeta a Anagrama. Entonces, es diferente la lectura porque es más local y entienden muchísimo más las referencias políticas, geográficas, etc. Me parece que la lectura en España tiene mucho que ver con cierta “falta de respeto mía” con el cuento, porque son cuentos no muy convencionales ya que tiene muchas tangentes y cuestiones que yo creo que pertenecen a las del cuento moderno. Luego, el género es mezclado y eso es una cosa que se hace muchísimo en la literatura anglosajona, pero no asi la literatura en castellano, por supuesto llama la atención. Y no porque yo sea original, pues estoy tomando un modelo que todavía no se está traduciendo en un sentido más profundo, es decir, pensando cómo están trabajando estos escritores el terror con sus terrores cotidianos y sociales y tratar de hacer lo mismo con los nuestros.

Eso y el tema de las mujeres en primer plano, son las cosas que a los lectores de otros países les llaman un poco más la atención. En Argentina es diferente porque tienen las cuestiones más obvias y pasan desapercibidas.


Pasando al tema del horror social, siempre se menciona a Argentina al momento de explicar distintas formas de caer en una catástrofe económica. A veces da más miedo que te llegue una carta mencionando el pago de una deuda  que la aparición de un fantasma y es por eso que el tema económico tiene una relación directa en el bienestar social e individual. Pienso en eventos que se mencionan en tu libro como la época de la paridad dólar-peso en el tercer cuento ¿Cómo ves el traslado de dicho contexto social al plano personal, en la literatura?

Bueno, en primer lugar está el hecho de no pensar a futuro, casi nunca. Ello habla sobre cómo va mutando el carácter nacional, en esta especie de imposibilidad de proyectar a largo plazo. Ese es el problema más importante porque es una cuestión de incertidumbre. A mí no me parece que sea necesariamente catastrófico, pues es muy distinta la  Argentina de los diarios y la Argentina de la crisis. Entonces, uno viaja a Argentina y dice que no es para tanto. Es un país con clase media, que sostiene su educación pública, que sostiene su salud pública. Es un país que tiene sus problemas pero que se sostiene y funciona. Además, es un país un poco neurótico. Así que en lo personal se traduce con neurosis, o sea con bastante ansiedad en no poder proyectarse al futuro, en pensar que siempre el futuro va a ser peor. A mí no me pasa porque yo no tengo esa personalidad y mentalidad como la del argentino de Buenos Aires, que cuando viene la crisis migra, pero nunca migra hacia el interior del país o a un país vecino sino a Europa porque hay un desprendimiento con respecto de América Latina que me parece por un lado muy nocivo y por otro muy evidente. Por ejemplo, yo no conozco ningún argentino que haya decidido irse a vivir a Brasil. Y no hablo de la Argentina de clase alta que se va a hacer su doctorado en Standford, me refiero a argentinos de clase media que les fue mal en su negocio y se van a Madrid.

Ahora que mencionas el tema de poner las mujeres en el primer plano, hace poco hubo en  distintas ciudades latinoamericana marchas con la consigna “Ni Una Menos”, en contra  del machismo arraigado en nuestros países, vigente de forma explícita con tantos feminicidios, pero que también se da de forma subliminal en el día a día ¿Cuál es tu visión de este tema en Argentina? ¿Cómo se está desarrollando?

Bueno, en Argentina se dio como una toma de conciencia. Considero que toda movilización espontánea  de la gente provoca un choque cultural de alguna manera. A mí no me parece que la opresión machista en Argentina sea muy terrible. No lo es de hecho. Pero hay cuestiones culturales que llega un momento en que las relaciones entre los géneros no soportan más. Y no estoy hablando acá de violencia doméstica, machista, la cuestión de los feminicidios, que es otro problema y es el que hizo surgir estas marchas.

El problema cultural es el más profundo por la cuestión de que una mujer cosmopolita del 2016 que se hace cargo de sus hijos, trabaja y tiene relaciones con el afuera ya casi totalmente igualitarias en un montón de sentido, no soporta más cierto tipo de dominación que es anacrónica y que se volvió muy violenta en ese sentido porque ya no hay la cuestión machista de pensar que tu esposa es una especie de “propiedad tuya” porque esto en la realidad ya no existe más porque muchas veces por una cuestión de las economías entre países, son las mujeres las que están sosteniendo económicamente los hogares o están solas con sus hijos. Entonces, ya esa cuestión no existe más porque hay una especie de rebelión hacia una situación que está anacrónica y perimida de hecho.

Hablando de una condición de igualdad, yo me considero una feminista radical en el sentido de que a mí me gustaría que hubiera mujeres manejando buses, manejando taxis, etc. Me gustaría que en el mundo del trabajo se note claramente la presencia de la mujer y que no haya especialidades como el trabajo para hombres y mujeres. Para mí esto último me parece una frontera  que hay que cruzar mundialmente. Me parece que es un paso más por dar y salir de esa zona de comodidad de las mujeres. Las últimas marchas me parecen importantes porque se agregó a la marcha una huelga de mujeres y lo que ocurre con eso es que claro, no se nota mucho, porque aún son los varones los que mueven la economía del día a día. Entonces, ahí te das cuenta de una limitación y  se demuestra esa desigualdad.

O sea crees que en el plano económico todavía hay mucho por trabajar

Claramente sí. Durante siglos negociamos los hombres y las mujeres la vida junta y creo que eventualmente se va a seguir negociando. Me parece que todo lo demás se puede conversar y cuando no se puede conversar está la ley.

Hay una atmósfera de abandono e indiferencia que es lo que me ha sorprendido en tu libro. En el primer cuento el hecho que todos vean al niño abandonado y  pasen indiferentes me parece escalofriante, sobre todo porque es una situación cotidiana que ocurre en toda Latinoamérica y que ejemplifica la desigualdad existente y la inacción frente a ella. En países como Argentina, Chile o Perú hay una supuesta “prosperidad económica” que no termina llegando a todos. ¿Cómo ves esta situación? ¿Crees que la literatura está abordando esta desigualdad?

Bueno, yo creo que la literatura argentina es una literatura sumamente política y sociológica así que siempre se están pensando en estas cuestiones. El tema es que a veces es más sorprendente y diferente pensarlas desde el género. En Argentina también hay una tradición de novela policial que también trabaja las cuestiones sociales. Creo que la literatura argentina es una de las más políticas, incluso exageradamente pues se ha leído muchísimo la literatura argentina desde ese punto de vista. Por ejemplo Casa Tomada de Cortázar es cuento que siempre se pensó como un cuento de la llegada del Peronismo con la diferencia de que no hay ningún indicio sobre eso porque es un cuento fantástico donde hay dos hermanos que se van moviendo dentro de una cosa porque la van ocupando y creo que Cortázar nunca lo dijo tampoco. Es una imposición de sentido de ese texto porque en general los sentidos que se buscan a los textos son políticos y la literatura en su mayor parte está relacionado con lo político. Cosa que es interesante porque es una identidad de la literatura y no me molesta ir en contra de eso. Me parece que las literaturas nacionales tienen identidades y que hay un montón de escritores que escapan a esas identidades de alguna manera y eso está bien. Son identidades nacionales de lo literario y no un imaginario que tiene que ver eso. El imaginario argentino es terriblemente político, es un país terriblemente político donde el discurso que circula entre la gente es constantemente político, muchísimo más que en otros lugares, donde polemizar sobre política en el diario no es un problema. Realmente es una cosa muy presente en la comunicación diaria, entonces es imposible que no esté en la literatura.

Yo creo que  hay política en tu libro a través de la relación de poder de los individuos con los personajes y eso me parece muy valioso.   

Lo digo en ese sentido que digamos, o sea los grandes teóricos argentinos literarios como Ricardo Piglia por ejemplo. Piglia es un hombre que pensó toda la tradición literaria argentina desde la política, desde Esteban Echeverría hasta los contemporáneos. Pero no como una política en un aspecto partidario sino de cómo pensamos la cosa pública y la relación con la desigualdad, con la marginación, con los grandes mitos políticos de Argentina, con la violencia política, etc. Existe la literatura que siempre trabajó el peronismo o los años 70, pero  siempre hubo un pequeño porcentaje que reaccionó en contra de eso, lo cual es normal. Igual es una literatura netamente así.

A mí el realismo me aburre. O sea me gusta leerlo pero escribirlo no. Pero si me interesa política y todo, porque bueno fui formada en esa literatura, soy argentina y es un poco inevitable. Entonces, lo uno a mi interés literario los cuales son los géneros fantásticos y de horror.

Asumo que parte de la construcción de los personajes adolescentes en tu libro debió partir de una cuestión personal, pero sin entender esto como algo necesariamente biográfico. ¿Al momento de hacer estos cuentos hubo otra forma de documentarte sobre este aspecto? ¿Qué es lo más difícil de asumir la voz de un joven?

Es complicado. Tengo un poco de memoria afectiva propia de jóvenes que no tienden a ser jóvenes tan contemporáneos, es decir,  no son jóvenes que tienen 18  ahora sino 18 en los noventa y así. Me interesa la cultura joven, me interesa la música pop sin que me guste tanto y en general hay cosas que me gustan muchísimo y otras no.

Me gusta estar en contacto, estar enterada, no me horrorizo. A los chicos les gustan los youtubers y no me horrorizo por eso. Trato de ver lo que me interesa. Puede  que no me guste la postura o que no la entienda. Teníamos cosas cuando éramos jóvenes que resultaban inentendibles porque son formas. Y me gusta tener un oído con eso, no tanto con jóvenes reales porque en la literatura tampoco hace falta el joven real, pero  de alguna forma  ver que referencias manejan, ver qué les gusta, entre otras cosas. La adolescencia me parece una edad muy cercana a la literatura y muy intensa de la vida en particular que me gusta mucho trabajar literariamente. Cierto atrevimiento de esa edad, cierta inconsciencia de edad, ciertos amores irracionales de esa edad, me parece que son hechos irrepetibles y están muy cercanas a la literatura. Por ejemplo, a un joven los puedes poner a hacer cualquier cosa como personaje en cambio un adulto tiene problemas. Entonces me interesa mucho ver lo que pasa y particularmente no lo uso mucho, solo en un cuento. Últimamente me  está interesando mucho la cuestión de la comunicación digital. La cuestión de internet para una escritora de género, es un mundo de una profundidad de sentidos que particularmente me gusta. El terror y la violencia que contiene…es como si fuera un mundo nuevo. Otra realidad dentro de la realidad de los átomos. Me parece un nuevo mundo explorar totalmente fascinante.

Luciano Lamberti, eldestacado escritor argentino, te entrevistó hace poco, interesándome mucho las preguntas y respuestas de la misma.  Tienen un autor en común con él: Stephen King.  Su literatura ha ido posicionándose  a través de los años, más allá de los prejuicios de ser popular. Cuéntanos sobre tu relación con este escritor. ¿Hay otros escritores anglosajones que te interesen?

Bueno, soy fan de Stephen King, lo fui de toda la vida y me parece uno de los escritores más importantes del mundo. Es un escritor que entendió mucho el hecho de trabajar con lo social y político. Sus novelas son novelas realistas norteamericanas, novelas de pueblo chico donde ingresa lo sobrenatural. Él lo entendió en los años setenta y me parece que hubo una miopía durante 20 años al no comprender el trabajo que estaba haciendo, solamente por una cuestión de ser un escritor terriblemente popular como suele ser el género y que no tenía una pretensión estilística muy marcada, que para mí sí la tiene pero no tan literaria como se pretendía. También me gustan escritores anglosajones, ingleses como M. John Harrison. Me parece que es el tipo vivo  que trabaja de manera más interesante el tema de la ciudad. Él trabaja Londres pero es un tipo que yo lo leí mucho para trabajar Buenos Aires, o sea para entender los lugares que tienen una carga particular que tiene que ver con su historia, arquitectura y clima. Por supuesto, tienes Londres que es una ciudad más vieja y muchísimo más literaturizada. Pero con lo que Harrison hace con Inglaterra y con Londres en particular como clima, no me cabe duda que es un tipo brillante.
Después me gustan escritores con un sentido más amplio que no son específicamente literarios, Neil Gaiman por ejemplo. Es un tipo que empieza como guionista de cómic y de novela gráfica. El autor de Sandman. Ahora se dedica a trabajar con “literatura juvenil”, pero con temas que son más oscuros de lo predecible para un escritor juvenil.

También Alan Moore que es otro escritor que viene del cómic. “Watchmen”,” Desde el infierno”,”V de vendetta” que me vuelven loca. Me parece que es otro escritor sumamente político. Watchmen es loquísimo porque es un comic político de súper héroes, es rarísimo lo que hace en su momento, porque es una cosa de mezclar el género. Toda esa generación que creció junto al thatcherismo británico me parece muy interesante y de alguna manera un poco parecida remotamente a cuestiones de la generación argentina, o sea los hijos del estado de bienestar destruido, El de Alfonsín fue gobierno muy breve, pero después de la dictadura se fue desmantelando un estado de bienestar argentino que duro poco desde el peronismo hasta un poco posterior. Pero los que reciben el golpazo en el neoliberal…me parece que hay una especie de aire de familia muy distante pero reconocible. Paradójicamente fuimos a la guerra juntos.

Después hay escritoras mujeres que me interesan mucho. Por ejemplo, Kelly Link quien es una cuentista brillante. También una escritora inglesa llamada Helen Oyeyemi que trabaja con mitologías, muy extraña también pero es muy literaria.

¿Cómo ha cambiado la industria cultural con el neoliberalismo en Argentina? ¿Cómo se mueve el mercado literario hoy en día en Argentina?

A mí me parece que el mercado literario argentino está súper bien.

¿Una crítica de repente con respecto a cómo han cambiado los suplementos culturales?

Hay dos situaciones diferentes.El mercado literario argentino, no sé cuán grande o pequeño es, pero lo que sí sé es que hay más de cien editoriales independientes que en este momento, con el nuevo gobierno de Macri y a pesar que solo tiene un año, es posible que les empiece a ir un poco peor porque los costos son mayores, porque hay más inflación y porque hay un montón de problemas que supuestamente los gobiernos liberales iban a disminuir pero aumentaron (risas). Pero bueno hay más de 100 editoriales y son pesadas, en el sentido de que son editoriales que publican cosas muy importantes y hacen ediciones muy importantes que exportan y que son editoriales que exclusivamente en lo literario pueden competir con casi cualquier editorial del mundo.

Eterna Cadencia es una editorial a la antigua, en el sentido que el dueño es un librero de mucho dinero. Un tipo que puede publicar la obra completa de Rulfo o una selección de cuentos clásicos extraordinarios pero a la vez tiene un gran ojo para escritores como Lina Meruane. Que publica en Argentina a Maximiliano Barrientos, uno de los mejores escritores latinoamericanos, sino el mejor. Tiene un gran ojo para esas cosas. Adiana Hidalgo que es otra editorial muy clásica y que tiene un proyecto claramente literario de tratar de publicar la mayor cantidad de literatura brasileña posible porque Brasil es un país cuya literatura es muy poco traducida y no  conocemos mucho. Hay editoriales independientes de diferentes estilos.”Adriana Hidalgo” y “Eterna cadencia” de dos personas  que trabajan a la antigua. Pero después tienes a editoriales como Mansalva también., con un catálogo extraordinario, que le publican novelas a Fito Páez por ejemplo, tienen a María Moreno, publican a escritores extranjeros o libros de arte. Tienes a las editoriales grandes, que funcionan como monstruos y tienen buenos e interesantes editores, con bastante cuidado. Igual son editoriales con una línea comercial , pues la mayoría de libros que publican no necesariamente están vinculado al aspecto literario. Lo que si debo destacar es cómo las editoriales independientes funcionan como una especie de semillero de autores para las más grandes muchas veces.

Hay presentaciones y conversatorios sobre libros todas las noches, y no solamente en Buenos Aires. Córdoba es un polo muy importante. Tiene una editorial extraordinaria que se llama Caballo Negro, que publica escritores ya famosos como Elvio Gandolfo. Rosario tiene muchas editoriales interesantes y es  uno de los centros más importantes de poesía. Hay una editorial en El Chacho, una de las provincias más pobres, llamada Mulita  que está haciendo un trabajo muy importante con escritores jóvenes, entre los que están Virginia Feinmann, la hija de José Pablo Feinmann que a lo mejor conocés. Hay producción en provincias. No hay quietud.

Ahora, con la crítica lo que ocurre es diverso. Hay un marco que ocurre con la crisis de los medios gráficos: los diarios. Y dentro de los diarios, además de la pauperización, está el problema de los muchísimos despidos, entre otros. Es un sector que está en crisis, un poco por la crisis económica de Argentina, pero otro poco porque a nivel mundial, es un sector que está cambiando. Se está  dejando de leer el diario en papel, pasando a leerse en formato digital. Es un problema para una generación de periodistas que tienen un pie en ambos mundos. Cada vez se paga menos.

Igual opino que el periodismo va a estabilizarse. La cantidad de noticias e información “basura” que se deriva de informarse exclusivamente a nivel digital y los problemas de ello, como en la victoria de Trump, van a llevar a jerarquizar la información que esté bien hecha, que tenga territorio. Es un momento de transición. Y en este momento de transición, el periodismo y la crítica cultural, es lo que va cayendo primero. Porque son como los sectores fríos, los de menos “clics”. Es así que hay menos secciones en los diarios. Van desapareciendo o cambiando.

Lo que se privilegia ahora es la entrevista al escritor. En esta reconversión, me parece que la crítica está más relegada a ciertas revistas culturales que tienen circulación académica. Es así que se aleja del sector periodístico, más vinculado a la difusión y divulgación que al debate o la discusión.

La música. ¿Qué representa para ti? Una vez mencionaste que no había mucha influencia del cine en tus libros, pero sí de la música. Algunos de tus cuentos se pueden leer como una ópera tenebrosa por ejemplo.

Yo soy muy fanática de Nick Cave, lo cual es casi obvio. Soy muy rockera y me gusta mucho el punk. Me gusta mucho David Bowie, me gusta mucho Iggy Pop. Me gustan cosas nuevas también como Lana del Rey, una cosa medio decadente y hollywoodense. No me gusta mucho el rock argentino aunque Spinetta sí. Me interesa más incluso la música folklórica. Me gusta mucho los Rolling Stones. Soy ultrafan de Bruce Springteen. Estoy entre lo melancólico y lo rockero, y alguna vez una cosa más pesada. Algo de  heavy metal de vez en cuando.

La última pregunta. ¿Qué libro de Stephen King le recomendarías a alguien que nunca lo haya leído?

Cementerio de animales. Se van a morir de miedo.


Transcripción: Alejandro Alva

Entrevista publicada originalmente en el portal web "Punto y Coma"

martes, 20 de diciembre de 2016

Entrevista a Margo Glantz (II Parte)




Esta es la segunda y última entrega de mi entrevista donde Margo Glantz se explaya y nos habla sobre el mundo académico, sor Juana Inés de la Cruz, Trump y los nacionalismos europeos, las universidades públicas, los gobernantes mexicanos, el cuerpo como tema literario, el erotismo,el amor. la literatura japonesa y el feminismo.

¿Cómo te desenvuelves en el mundo académico del cual formas parte?
Yo trabajo con los textos fundamentalmente y encuentro que éstos me dan el material con el que yo puedo juzgarlos y no que yo tenga que poner a la fuerza a Derrida, a Foucalt, que me parecen importantísimos, pero que no quiero utilizarlos a rajatabla. Se ha encorsetado excesivamente la enseñanza, no solo por las teorías literarias, sino también porque hay métodos de juzgar y evaluar, de parte de los profesores, que nos vienen de Estados Unidos. Es una imposición de la academia norteamericana que ha influido hasta en Europa, que tiene una tradición de academia muy importante. Las grandes figuras francesa que teorizan como Foucalt, Derrida, Deleuze, entre otros, han pasado a la academia norteamericana pero habiendo sido “norteamericanizados”. ¡Los han “macdonalizado”!


Sor Juana Inés de la Cruz. Una autora de hace muchos siglos que aún se sigue leyendo y la cual, tengo entendido, representa una figura muy importante para ti ¿Cómo ha influido en tu vida? ¿Qué puedes contarnos sobre esta relación?
Yo he trabajado mucho en lo femenino. No soy feminista pero tengo un gran interés en desmontar lo femenino en la docencia y en la realidad actual. Me interesan personajes como Sor Juana Inés de la Cruz, La Malinche, La Virgen de Guadalupe, etc. No hay duda que son figuras paradigmáticas y que tienen una trascendencia impresionante porque son personajes que pueden ser leídos en todas las épocas. Mientras un personaje tenga nuevas lecturas, es un personaje que vale la pena y Sor Juana es una de las más grandes escritoras y absolutamente vigente, al igual que el personaje de La Malinche que es un personaje histórico mexicano y está sujeto a interpretaciones diferentes, según el siglo desde el que se la está analizando, desde la época de la colonia hasta la actualidad.

Sor Juana es una grandísima escritora. Para mí es leer a Dostoievski, Homero, Shakespeare o Lope de Vega. Es una gran escritora y lo seguirá siendo.

Nos gustaría saber tu opinión sobre el ascenso de Trump y la situación de los nacionalismos europeos ¿Cuál crees que es la verdadera implicancia de estos cambios políticos del Primer Mundo, en Latinoamérica?
Mira, hoy estaba viendo unos titulares en el New Yorker que decían que Trump equivale a Mussolini, Hitler, etc. Yo creo que esto es cierto, porque estamos viviendo el nacimiento de nuevas formas del fascismo, que no ha muerto y siempre ha estado latente. Pero creo que hay que analizar con mucho más cuidado todo eso porque los movimientos sociales nunca son idénticos. Debemos analizarlo con lo que está pasando actualmente, en un momento donde se está acabando el mundo desde el punto de vista de la ecología…en un contexto donde se está uniformizando todo, en que cada vez estamos viviendo de mayor forma el derrumbe de la clase media y la posibilidad de que la gente mediante la educación ascienda como pasó en algún momento después de la guerra mundial cuando una cantidad de gente importante en Inglaterra , procedente de clases bajas, lograron entrar a Cambridge, Oxford, etc. Esto produjo una revolución muy importante en la realidad. Ahora hay gente muy inteligente en las clases bajas que no tiene acceso a la educación. El acceso a la educación tiene desbalances muy serios que necesitan ser analizados.

Ahora, que Trump haya ganado es una catástrofe para Estados Unidos, y también para México porque somos los vecinos de Estados Unidos y siempre hemos sido su carga negativa. Estamos demasiado cerca a ese país en cuanto a influencia, a inmigración, a explotación, a la dolarización extrema, etc. No hay duda que uno de los países que va a resultar más afectado por la victoria de Trump es obviamente México. Esto ya está pasando porque cuando Trump ganó, el peso bajó catastróficamente y eso significa que vamos a tener más pobreza de la que ya tenemos y ésta representa el 60 % de la población y hay como 40 % de extrema pobreza.

Yo digo que hay muy pocas posibilidades de sobresalir y sin embargo, al mismo, tiempo, nos damos cuenta de la extraordinaria capacidad de los estudiantes mexicanos para descubrir cosas, para trabajar en robótica, para descubrir plásticos que se degradan, para descubrir cosas en lingüística, en física, en matemática, etc. Hay un talento enorme que de alguna forma, será aplastado por estas debacles económicos, y también por un fascismo mental que va a cundir y producir miedo en la libertad de expresión, como pasó con Stalin o con Mussolini.



Sobre este tema que mencionas sobre los estudiantes mexicanos que destacan…
Algunos de estos grandes talentos han salido de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde he enseñado más de 57 años. En todas las carreras sale gente extraordinaria con talentos en ópera, en la música, en el ballet y en la pintura. Lamentablemente nuestros gobiernos le dan cada vez da menos prioridad a la relación de México con la cultura. México se distingue fundamentalmente por su cultura y el gobierno no tiene idea de lo que está haciendo. Están acabando con el patrimonio cultural y ecológico. En otras palabras, son unos imbéciles, por no decir que son unos criminales de guerra. Están acabando con el país. Son unos bandidos que se dan préstamos multimillonarios. Casi todos los gobernadores son unos trúhanes, casi iguales a los narcotraficantes y los sicarios. ¡Y se van multiplicando por la impunidad! México es un país terrible y al mismo tiempo, un país maravilloso.

¿Cuál crees que es el principal escollo de los estudiantes para sobresalir en las universidades públicas?
Mucha gente se tiene que ir. Antes la mayoría de universitarios se quedaba en México, en cambio ahora, hay cada vez más profesores de literatura mexicana, colombiana, etc., que emigran a EEUU. Es una cosa masiva. Te cuento la historia de un sobrino que es químico y consiguió un puesto en Harvard. Fue a trabajar a esta universidad unos años y le dieron un tenure, llegando a ser uno de los profesores más reconocido de química orgánica en Harvard. Es mexicano y tiene que trabajar ahí porque en México no puede trabajar. Y así pasa con muchos médicos, físicos, etc. Los biólogos en México que tanto necesitamos, tienen que irse ¡Es terrible!

¿Ese tema de la ciencia y la innovación es un tema dejado de lado por los gobernantes, entonces?

A los gobernantes no les interesa más que robar. En México existe una desfachatez y descaro que es inédito. Siempre han robado pero ahora es la situación más descarada, desfachatada y siniestra que he visto en mi vida. Y mi vida es muy larga.

La primera escena de El rastro (Finalista del premio Herralde 2002 y publicado por Anagrama) empieza con un velorio mostrando una degradación, que tiene un plano social porque describe cómo ha cambiado para mal ese contexto donde la protagonista vuelve y que también es corporal por el muerto que se está pudiendo en frente de todos. Se nota que te interesa mucho el cuerpo como terreno político y social. ¿De qué manera el aspecto social tiene consecuencias en el cuerpo, desde tu visión?

Es un poco difícil. Yo soy docente y escribo ensayos pero a veces me es difícil teorizar sobre mi propia escritura. Siempre me ha interesado el cuerpo desde que empecé a pensar la vida. Inconscientemente me fijaba en algunos aspectos de mi cuerpo y era algo muy interesante. Cuando me puse a trabajar mi tesis de doctorado lo primero que surgía era el cuerpo, a pesar de que en cada uno de mis textos la estructura textual es completamente diferente de uno a otro texto, pero lo que siempre prevalece es la mirada sobre el cuerpo, y esa mirada es muy generalizada sobre lo más alto y lo más bajo que coincide. Me interesa el fenómeno de la moda como determinación y forma de ver el mundo. Por ejemplo, la esclavitud que impone la moda sobre las mujeres y la tendencia a remodelar el cuerpo femenino de acuerdo a los diseñadores. Esto último me parece tan semejante a la religión católica. Como acabo de ver en el convento de Santa Catalina. Por ejemplo, las monjas y sus creencias de que solo existían porque tenían que castigar al cuerpo volviéndose anoréxicas y haciendo cosas brutales para neutralizar al cuerpo. Y a pesar de esta opresión, el cuerpo siempre se revela. Mira las pinturas de las monjas. ¡Hasta el perro está levantando la cola! Es una especie de “erección monjil” (Risas) Por más que se intenta neutralizar el cuerpo, este regresa por sus fueros. Este tipo de cosas me gusta analizar.

Ahora, en este libro que estás mencionando, me interesa la historia de un amor que se termina antes de la muerte, pero que con ésta acaba siendo totalmente definitivo y que al mismo tiempo permite explorar las diferencias de dos cuerpos donde en uno la sangre circula y en el otro no. Todo ese proceso fisiológico de la vida me parece interesantísimo y de igual manera el proceso que ha habido en la historia de la humanidad para descubrir ese proceso fisiológico.

¿Cuál es tu lectura del amor en estos tiempos?
Yo he sido muy adicta a la literatura japonesa porque en ese país se ha presentado el erotismo de una manera extraordinaria. Tengo un libro que se llama “Apariciones”, en donde la razón sexual está en unas monjas y una pareja que hace el amor todo el tiempo. La literatura japonesa me sirvió enormemente para desarrollar este tema. Hay películas muy interesantes también, como “El Imperio de los Sentidos” del director Nagisa Oshima.

En fin, parece que los jóvenes de ahora ya no hacen el amor ahora en Japón, donde el erotismo era unas de las cosas más extraordinarias. Pienso lo que afirmaba George Bataille que murió en los 60 y que escribió libros maravillosos como “El Erotismo”. Este autor decía que no creía en la libertad sexual total y que cuando hubiese esta libertad se iba a acabar el erotismo.

Son pocos autores latinoamericanos los que mencionan a la literatura japonesa como una de sus influencias principales cuando se les pregunta. Parece que hubiera un recelo a esta, debido en parte a las lecturas occidentales que uno tiene que mencionar si o sí, siempre que se pregunta, dejando a un lado a los autores del Extremo Oriente. ¿Cuál es tu relación con la literatura japonesa?
Yo tengo una relación muy profunda en el sentido que he leído muchísima literatura japonesa. Desgraciadamente la he leído en traducciones de inglés y francés porque no sé japonés. Y muchas de las traducciones en español son traducciones nietas, porque no las traducen directamente. Ahora está muy de moda Murakami pero a mí me parece uno de los peores japoneses. A mí me gusta mucho Kawabata, Tanizaki, Oé, Dazai, Akutagawa, Fumiko Enchi. El libro del Genji. Murakami Ryū que es muy bueno también. Es una literatura de una fuerza y vitalidad impresionantes. Si ves por ejemplo la pintura japonesa erótica…es genial de igual manera. Hay una libertad para expresarse, única. Ahora todo es pornografía y eso causa una polarización muy brutal en lo sexual. Por un lado, han proliferado e intensificado los fundamentalismos es donde el cuerpo de la mujer es un cuerpo absolutamente prohibido para sí misma, donde no tiene derecho sobre el mismo, con más prohibiciones en temas como el aborto sin tener derecho a decidir. Me parece importante que haya una liberalización en el mundo sobre el tema de los cuerpos en este caso. Y el otro lado de la polarización, es la idea propagada desde los Estados Unidos sobre la importancia de los cosméticos, los vestidos,etc.

¿Cómo ves el tema del machismo en México? ¿Cómo este se muestra en el terreno literario?

Yo creo que así como la literatura en el narcotráfico es coyuntural, la literatura sobre lo femenino también es profundamente coyuntural. Yo veo en las redes sociales una idea de lo femenino que es absolutamente maniquea y con un pensamiento a rajatabla, sin ningún matiz. Por ejemplo, hubo una gran discusión últimamente sobre ciertas declaraciones que hizo Bertolucci sobre la actuación de María Schneider en “El Último Tango en París” y la mayoría de las mujeres han sido totalmente radicales y negativas en cuanto a la película de Bertolucci por la escena de la violación. Si bien el acto de la violación en la realidad me parece nefasto, en este caso la representación de ciertas formas de sexualidad es juzgada con un maniqueísmo total por parte de las feministas. Cuando escribí el libro “Apariciones” muchas feministas me criticaron terriblemente porque en el libro hay una sumisión erótica de la mujer hacia el hombre sin tomar en cuenta que en la relación sexual se pueden establecer muchas formas de relación que son totalmente lícitas y que de alguna forma están expresando ciertas cosas que suceden simplemente porque suceden. Entonces, no es posible criticar una película que habla de lo que sucede y de lo que pasa en la realidad, porque es querer tapar la realidad y creo que la furia feminista en contra de Bertolucci , que en un nivel me parece legítima, termina siendo muy negativa.

Hay un artículo de Coetzee en el cual habla mucho de los criterios del feminismo que son absolutamente maniqueos y antifeministas a mi modo de ver, porque lo único que hacen es encubrir cosas que tendrían que descubrirse.

Algo que me interesa mucho es tu lectura de autores nuevos ¿Alguno que te haya sorprendido?


Mira, me gusta mucho algunos autores jóvenes. Me gusta mucho Mario Bellatín quien, acaba de cumplir 56 años pero que es joven en su escritura. También me interesan algunas mujeres como Valeria Luiselli quien es muy joven y la ensalzan demasiado y eso puede ser negativo para ella. Algunas cosas que Valeria ha escrito son muy buenas y de mucho talento. Creo que si la gente no la envicia con demasiada crítica, y ella no se endiosa, será una gran escritora. Ya es una gran escritora. Hay libros de ella que son muy buenos: “Papeles Falsos” y el último que es una crónica sobre los migrantes, muy novedosa, inteligente y efectiva. Es sobre los niños migrantes.

Ahora que mencionas este tema del ensalzamiento prematuro ¿Cómo crees que ha cambiado la relación entre el mercado literario y los autores?
El mercado ejerce una función de constricción, de censura, y de definición de lo que se debe escribir, lo cual es muy poderoso y está alterando mucho el concepto de literatura. Hay una crítica muy negativa a todo lo que pueda significar experimentación. Pero ojo, que la experimentación solo por el afán de experimentación no me parece importante. Me parece válida si está llegando a algo y está derribando ciertas cosas. Si está diciendo algo nuevo.

Entrevista a cargo de : Sebastián Uribe

Transcripción: Alejandro Alva

Fuente de la Imagen: e-veracruz.mx

(Entrevista aparecida originalmente en el portal web Punto y Coma)

jueves, 15 de diciembre de 2016

Entrevista a Margo Glantz (I Parte)




Una de las escritoras más interesantes de la más reciente edición del Hay Festival realizado en Arequipa, fue sin duda Margo Glantz. Viajera incansable, ha publicado más de veinticinco libros de narrativa y ensayo. Además, ha sido acreedora de múltiples reconocimientos como el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2004, el Premio FIL 2010 y el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas 2015, por citar algunos. Hace unos días tuvo la amabilidad de concedernos esta entrevista que ha sido dividida en dos partes. Esta es la primera entrega donde nos habla sobre las redes sociales, la literatura vinculada al tema del narcotráfico y su labor como docente.

¿Es la primera vez que vienes al Perú?


Al Perú no, a Arequipa sí. A Perú he venido 7 veces.


¿Qué es lo que más te ha sorprendido de Arequipa?


Bueno, apenas he estado y no me doy cuenta todavía de nada, pero me pareció maravillosa la ciudad. La Catedral es imponente y la Plaza de Armas es realmente para una ciudad enorme. Estuvimos en la Iglesia de la Compañía que está perfectamente conservada, con todos los altares barrocos y divinos. El convento de Santa Catalina es una joya .Es impresionante la cantidad de pinturas, claustros y patios que existen. La vida de Santa Catalina me pareció impresionante, además de la conexión de pinturas y de esculturas, pero más de eso no te puedo decir.


Te sigo en Facebook porque eres una de las escritoras en lengua española que más postea en esta red social, y en Twitter también. Muchos de tus tweets permiten iluminar muchas de las cosas que están ocurriendo en la actualidad. Hay mucha gente que está en contra de estas redes, otras a favor, muchos las ven como una posible adicción o amenaza ¿Cuál es tu opinión sobre la aparición de estas nuevas redes sociales? ¿Cuál es el vínculo de las redes sociales con la literatura que se está haciendo?


Las redes sociales son un acontecimiento imposible de no reconocer. Estamos viviendo en medio de las redes sociales, las cuales son como todas las cosas que se inventan y cambian totalmente la estructura mental y vital de la gente. Tienen una influencia negativa y positiva como pasó con la televisión, radio o cualquiera de los medios, con la Revolución Industrial para ir más lejos.

Ahora, yo creo que se pueden aprovechar muy bien las redes sociales y al mismo tiempo pueden ser excesivamente nocivas porque también son aprovechadas por los rencores personales y las grandes trasnacionales que son tan anónimas y aprovechan las redes sociales para anonimizar más los relatos negativos de la realidad y hacer que la gente se preste a ciertas combinaciones que antes no existían ya que no había esa facilidad de comunicación.


Entonces, ¿Cuál crees que es la importancia de las redes en el nivel político y social?



Yo entré a Twitter porque me pareció muy interesante lo que se llamó la “Primavera Árabe”, la cual terminó muy mal pero me pareció que movilizó de una manera muy particular a una población muy sometida. Como acontecimiento político fue muy importante, entonces sentí que yo debía estar ahí. Sigue siendo muy importante. Yo me sigo informando de muchísimas cosas vitales, en todos sus niveles, de manera rápida, aunque a veces la información muy fragmentaria puede terminar siendo falaz y yo a veces caigo en las redes de la falacidad. Mis hijas a veces me dicen “mamá, verifica la fuente, por favor”. Las redes sociales, a mí personalmente, me parecen un experimento importante porque tiene ese elemento de sometimiento a ciertas leyes y debemos producir con esas leyes. Escribir con 140 caracteres, te obliga a escribir cosas importantes.


Hace poco declaraste en una nota (junto con Mario Bellatin y Julián Herbert para el diario El País de España), lo siguiente: “Hay que metaforizar mediante el lenguaje lo que está sucediendo porque si no, contando fosas y muertos, te quedas en la estadística, no tiene sentido lo que une escribe. Muchas novelas sobre el narcotráfico son muy oportunistas y no dicen nada”. Parte de esa literatura del narcotráfico, a la que pienso que te refieres, encuentra sus pares en otros países latinoamericanos como las novelas sobre el terrorismo o narcoterrorismo en Perú y Colombia, la época de la dictadura en Chile y Argentina, etc. Nos gustaría saber ¿Cuál es tu lectura sobre esto?


Yo no la he leído toda y no es que esté criticando de manera muy general algo que puede ser muy importante, pues hay producción de novelas de narcotráfico que tienen mucha importancia. En general, yo pienso que existen movimientos que aparentemente son muy fáciles de seguir. Se ha vuelto una manía que funciona para el mercado porque hay que aprovechar que en el mercado es importante lo que está pasando ahora mismo, que es muy fundamental porque está destruyendo totalmente país y al mundo entero. Pero al mismo tiempo se vuelve como una banalización de lo que debería trabajarse con más profundidad. Entonces, yo pienso que es muy importante buscar formas más elaboradas literariamente y hacer la crónica inmediata en una novela. La literatura de este tipo funciona más como crónica porque hay muy buenos cronistas. Pero no siento la novela en sí misma solo porque está dedicada a la coyuntura que es el narcotráfico. Es como leer en un periódico que encontraron una fosa con nueve cuerpos decapitados y que en otra parte encontraron las cabezas de los cuerpos. Todas estas cosas me parecen importante de saberlo pero hay que encontrar una forma literaria mucho más profunda para hablar de ese fenómeno.


¿Cuáles son los temas preocupantes a nivel social que encuentras y que aún no han sido abordados en la literatura?


Bueno, eso no te puedo decir exactamente porque hay tantos problemas. La gente elige lo más inmediato, lo más epidérmico y eso es lo que el mercado aprovecha, creando un factor negativo. Creo que la realidad, como decía Punset, está ahí pero hay que verla con ojos nuevos. La literatura está muy anquilosada. Probablemente es una de las formas artística que menos experimenta, a pesar de la vanguardia. El mercado favorece el tipo de literatura que va a ser muy fácil para la gente. La literatura feminista, por ejemplo. Esta aparentemente, revela cosas importantes pero es de un conformismo brutal y creo que esto ayuda muchísimo a este movimiento, que vino de los Estados Unidos y que aparentemente fue un movimiento muy revolucionario con rasgos de fascismo.


Nos gustaría saber sobre tu labor como docente. Estaba leyendo que has ejercido la docencia por más de 50 años ¿Qué es lo que te ha apasionado de esta labor?


A mí me apasiona ser profesora porque tengo una relación muy importante con los alumnos y tengo una mirada muy especial cuando analizo las cosas y eso les ayuda a abrir los ojos. Por otro lado, ellos me ayudan a abrir los ojos porque son jóvenes. Yo digo que hay cierto vampirismo en la docencia porque yo voy envejeciendo y los chicos son de la misma edad siempre. Entonces estoy con miradas nuevas, mucho más interesada en saber cómo ellos miran el cambio de la realidad.


A nivel académico, ¿cuáles son los cambios que has notado en estos últimos tiempos?


La enseñanza actual es trabajada con ciertos movimientos de pensamiento que obligan a alumnos y profesores a solo teorizar dentro de teorías que en este momento están siendo experimentadas y que se vuelven como la Biblia. Esto ha hecho que la gente no puede hablar más que de su eternidad, la carnavalización, etc. Si bien estas cosas son muy interesantes se han vuelto como calzadores donde tiene que ajustarse la teoría.



Entrevista a cargo de : Sebastián Uribe

Transcripción: Alejandro Alva

Fuente de la Imagen: e-veracruz.mx

(Entrevista aparecida originalmente en el portal web Punto y Coma)

domingo, 20 de noviembre de 2016

"Modelos animales" de Aixa de la Cruz

Soy un monstruo dice la protagonista de Doble , el tercer relato del libro, y la afirmación no es casual. Los personajes que pueblan este volumen se sienten como monstruos, incapaces de controlar sus impulsos y pensamientos más sórdidos. Aixa de la Cruz (Bilbao, 1988) hurga en el lado más violento de los seres humanos, ya sea en su forma más explícita como en la más sutil, en las siete historias que conforman este libro, que ya anuncia desde el título, el peligro de sucumbir a nuestro lado más salvaje, tóxico y nefasto.

El primer relato  nos muestra a una joven estudiante becada española quien nos narra su estadía en Montreal, donde tiene que lidiar con el control de la ira mientras escribe un guión para una compañía de teatro local. Allí se obsesionará de manera peligrosa con la actriz principal de su obra, Carla, quien  ha empezado a imitarla de manera sospechosa, luego de obtener el papel protagónico. Esta obsesión, sexual y desquiciada, respondida de manera ambigua,  desembocará entre otras cosas, en perversos experimentos que realizará la dramaturga con su gato buscando explorar el funcionamiento interno de las cosas, argumentando que no le bastan las explicaciones teóricas. Un empirismo radical que pone en marcha una espiral de maldad y locura que tendrá como consecuencia un crimen y la cristalización de una personalidad insensible a más no poder, desvaneciendo cualquier sentimiento de compasión.

La maldad que se encuentra presente en el internet, y la que se genera a partir de las redes sociales que habitan en esta, no le es ajena a Aixa de la Cruz en El cielo de Bilbao, uno de los cuentos más resaltantes del conjunto.  El protagonista de esta historia, ya adulto, rememora su adolescencia y la de sus mediocres amigos, a inicios de la década pasada, caracterizada tanto por la presencia de las acciones de ETA y el atentado de las Torres Gemelas,  como por la efervescencia del Messenger de Windows, los juegos de rol como el Counter Strike practicados en cibercafés, y el bullying virtual. Será este último que, llevado al extremo, marcará un antes y un después para la collera. Ese paso desgarrador de la juventud a la adultez es diseccionado de buena manera, exponiendo incluso cómo la atmósfera del siglo XXI es un elemento clave en la indolencia de las nuevas generaciones. En Abu Ghraib, la autora ironiza sobre la efímera y desechable fama de una otrora cantante juvenil y cómo ésta, ya mayor, se adentra en el mundo de la tortura a raíz del uso de uno de sus antiguos hits. Un relato de horror y fatalidad, cubierto de un hálito de humor negro que se inserta de buena manera como contrapeso. Destaco también Romperse, el cual narra la visión masculina de la anorexia, la adicción a la figura física perfecta y cómo la rutina del gimnasio puede entrar, en muchos casos, dentro del conjunto de los vicios modernos. Una interesante manera de abordar un tema que en otras manos no pasaría de ser un simple hecho curioso y que en Aixa de la Cruz encuentra una densidad única.

Hay lugar también para la experimentación narrativa, como en Doble, donde se juega a contar dos versiones de una misma historia, situados ambos textos juntos en dos columnas de la misma página. Ambas comienzan narrando la vuelta desde Londres de una joven toxicómana a su hogar en España demostrando que, a pesar del hecho extraordinario como lo pudo ser el desmoronamiento mortal o no de un hombre y el curso de acciones que se puedan derivar a partir de ello, el destino parecer ser irremediablemente el mismo. Original manera de evocar las tragedias griegas. Menores en contraste con los cuentos mencionados, resultan True Milk (una parodia de la serie americana, con una visión irónica de la maternidad) y Famous Blue Raincoat (un spin off de la  canción de Leonard Cohen), tal vez porque la extensión de los relatos, breves, no le permite perfilar a sus personajes como en los otros cuentos. 

El acercamiento psicológico a la violencia cotidiana y a lo más oscuro de nuestra naturaleza, realizado con una estética muy particular hacen de este libro, uno muy recomendable. Una autora a tener en cuenta.

+Sobre la autora: 

(Bilbao, 1988) es autora de las novelas Cuando fuimos los mejores(Almuzara, 2007) y De música ligera (451 Editores, 2009), ambas finalistas del Premio Euskadi de Literatura. También ha colaborado en diversas antologías de cuento como Última temporada (Lengua de Trapo, 2013), Bajo treinta (Salto de página, 2013) y Best European Fiction 2015 (Dalkey Archive, 2014), selección en lengua inglesa de narradores europeos. Actualmente desarrolla su tesis doctoral sobre la representación de la tortura en la ficción televisiva tras el 11 de septiembre
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(Una versión de esta reseña aparece en el portal web Punto y Coma)