
Facebook, el lugar donde las modas se imponen, la gente se aliena y los pitufos han tomado la posta de las elecciones. Era común hasta hace poco tiempo encontrar que tus amigos manifestaban sus gustos políticos en las elecciones más polarizadas de los últimos tiempos, con estados apocalíticos, enlaces de noticias y encuestas de último minuto, y los análisis mas emocionales que se podían concebir. Se cayó en un pozo de fanatismo pero de expresión al fin y al cabo. Las redes sociales se convirtieron en una ventana a través de la cual nos manifestábamos ya sea para opinar, debatir, insultar o simplemente joder a la gente por su voto. Fueron los meses de los "analistas políticos". Pero, ahora es común ver que los "Ollanta no va a gobernar nuestro país" o el "No a la gorda cara de min pao" han sido reemplazados por página con los títulos más inverosímiles, vulgares y graciosos como el "Más frustrado que amixer sin shift"o el "Un like para mandar a pasear a Justin Bieber a pasear al Colca con Rosario Ponce". No es de extrañar por lo tanto, que en estos días veas a tu amiga expresar la ternura que le causas estos pequeños personajes de cierto color primario dándole el popular " ME GUSTA" y a tu amigo, un purista y conservador del Facebook, expresar la furia que esto le produce con páginas diametralmente opuestas. Sin contar las letritas azules que ambos sentimientos causarán en cientos de comentarios a favor y en contra(N.R.:Si tanto enojo les causa esto, les aviso que pueden ir creando su cuenta de Google + si tanto les fastidia). Las vacaciones acentuaron más esto, si quiero hablar de mi experiencia personal, y es que cuando en ESPN están pasando un partido de fútbol la 2da división argentina, en Warner están repitiendo por 5ta vez en el día "Two and a half-men", en MTV hay de todo menos música y en la señal abierta lo único que pasan es a un brasileño pidiendo colecta para su iglesia pentecostal, conectarse a una red social no suena tan mal.Si bien esto no es generalizado expresa qué tratamos de demostrar al fin y al cabo.
Muchos se sorprenden cuando ven que a alguien le gustan 110 páginas, o pasa de "Soltero" a "Está en una relación" y/o viceversa con una velocidad asombrosa que sorprende a propios y extraños, pero no es más que un reflejo de lo que somos: Simples adolescentes inestables emocionalmente en busca de identificación y expresión. No trato de hacer una extensión de una clase de Psicología barata, pero de qué otra manera se puede explicar que la mayor parte de los estados, sean de situaciones frustrantes que nos hayan pasado, canciones con tintes melodrámaticos así sean del odioso y detestable de Ricardo Arjona o citas de escritores de los que tal vez nunca hayamos abierto un libro pero con cuya idea nos identificamos. Y es que no tiene nada de malo. Puede molestar que aparezca tantas notificaciones de un amigo/a con la que apenas hablas, pero se arregla con un "Eliminar publicaciones de este usuario" y listo. A lo mejor quien sabe, tienen más gustos en común de lo que puedas imaginar.
Eso sí, como toda herramienta y actividad, el Facebook se puede volver un vicio. Y quien más ejemplificador que mi persona. Si bien quita tiempo, dedicación e interés a otras actividades, ni bien uno prende su ordenador lo primero o lo segundo que uno carga es esta pagina ya sea por 10,15, 30 minutos o 6 horas en los casos más crónicos. A tus padres siempre le dirás que solo lo dejas abierto, pero no puedes engañarte a ti mismo. Estás pendiente de ello, de si se conecta ese amigo que te va a pasar los exámenes pasados, la chica que hace que el estómago se vuelva un nicho de ciertos animales coloridos con alas o tu compañera de carpeta a la que le has mandado una solicitud de amistad. Y es que ya es parte de nuestra vida. Ayer fue el Hi5, hoy el Facebook y mañana tal vez sea Google + o el Twitter, pero es innegable que estamos viviendo una cultura diferente. La pregunta es si estamos en lo correcto siempre. No es coincidencia que encontremos gente con la cual sea agradable compartir nuestros pensamientos e ideas o también personas totalmente indeseables (Como los stalkers en el caso de las chicas). Pero al fin y al cabo, tomemóslo por el lado amable.
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